Director: Joe Carnahan
Antes que ésta, quería ver la opera prima de Carnahan, titulada "Blood, guts, bullets and octane". Vaya nombre, ¿no? Toda una mezcla de elementos que adelantan un visionado cuanto menos interesante y, puede que sí puede que no, excesivo en ciertos apartados. Pero no pude obtenerla, así que mejor me fui directo a la última película que Carnahan ha hecho a la fecha y la primera que veo de él, "Stretch", que me parece que fue lanzada a través de plataformas digitales en vez de la forma normal, "a la antigua": en las salas de cine. ¿Acaso importa? Ya no lo sé, qué quieren que les diga. Estrenar una película por iTunes... en fin, si "Blood..." parece prometer excesos de todo tipo, quizás una especie de declaración de intenciones -sea buena o no la cinta en cuestión-, en "Stretch" no hay comedimiento alguno toda vez que su director parece aplicar dichas intenciones suyas, no muy exigentes pero por lo mismo efectivas: una completa locura, pero controlada. ¿Y saben qué? Me gustó, no me quejo en lo absoluto; simplemente, hay que dejarse llevar por esta serie de eventos desafortunados y pasarlo bien sin cuestionar mucho, de lo contrario demasiado bien no lo pasarán... Pregúntense: ¿qué otra cosa esperar... y para qué?
Stretch es el apodo del protagonista, un aspirante a actor que llega a Los Angeles con el deseo de cumplir sus sueños de fama que acaba trabajando como conductor de limusinas, llevando a gente más afortunada y exitosa que él. Para peor, Stretch se enfrentará probablemente al día más alocado y salvaje que haya tenido que enfrentar en su vida... pero cuando se dice salvaje, realmente nos quedamos muy pero muy cortos, pues las magnitudes de este desmadre son difíciles de determinar. En cualquier caso, ¿cómo enfrentará Stretch el lío que se desencadena frente y alrededor de él?
Disfruten el espectáculo, damos y caballeras.
No se le puede pedir seriedad y límites a "Stretch", indudablemente un divertimento puro y duro en su máxima expresión. Dicho de otra forma, una gozada equiparable a las dos primeras partes de "The hangover" -las únicas que he visto- en tanto ambas comparten premisas y derroteros similares: un personaje -o personajes- ubicado justo en el centro de una maraña de locuras, en el ojo del huracán, que tiene que salir de tan desfavorable posición a base de más locuras. La cosa comienza más o menos normal para que bastante pronto comience a irse al diablo, excentricidad tras excentricidad y exceso tras exceso, amén de una amplia gama de extraños personajes que aportan su granito de arena a este entuerto. Claramente hasta ahí llegan las similitudes, pues Stretch -protagonista y película- no tiene un misterio que resolver, aunque visto de otra forma que es más o menos lo mismo, sí un dilema -un desastre- que solucionar. Y ojo, que el lío no es menor: el tipo debe una suma nada despreciable de dinero, trabaja para una empresa que está siendo desplazada por el competidor, y poco a poco va teniendo problemas con la ley... y lo que dije es tan sólo la punta del iceberg, hay bastante más en juego a medida que corra el metraje y el caos.
Y más o menos eso se puede decir de esta película, que es divertida y te hará pasar un excelentísimo rato. Pero creo que hay más cosas que decir en favor de "Stretch", como que a pesar de sus excesos, el panorama completo nunca peca de inverosímil -al menos a mí no me parece una estupidez sin pies ni cabeza, es coherente dentro de su locura-, lo que a su vez me lleva a decir que la sucesión de acontecimientos está bien planeada y desarrollada -manteniendo las proporciones, claro, que no estamos ante la octava maravilla del guión-, engarzando cada locura con la siguiente de manera convincente y fluida -no es que de repente y de la nada salgan personajes sin razón de ser o sucedan cosas cuya única función sea "impresionar"... ulteriormente todo lo visto tiene su propósito e importancia narrativa-, lo que a fin de cuentas eleva la calidad del relato, que no es sólo un capricho adolescente onanista sino una historia... simple pero historia al fin y al cabo. Naturalmente, vamos a disfrutar como quinceañeros irreflexivos ante tanta locura desatada, pero pienso que de todas formas la dignidad se mantiene y "Stretch" se respeta tanto a sí misma como al potencial espectador. Se han visto cosas peores que aspiran a más pero logran mucho menos, creyéndose tan buenas que el espectador debe verse obligado a pensar que tiene suerte de ver tamaña "genialidad"... No señor, "Stretch" cumple lo que promete, sin medias tintas ni vacuas pretensiones de ningún tipo.
Se los digo en serio: quedar decepcionado con esta película se me antoja algo difícil de creer... al menos no pueden argumentarme que "esperaban otra cosa" o "algo más"...
Eso sí, los lugares comunes son fáciles de detectar -perdedor con sueños de grandeza, ex-novia cazafortunas, millonario muy excéntrico...- mas se pueden perdonar fácilmente considerando la más que aceptable calidad del conjunto, pues además éstos (los lugares comunes) funcionan en pos del relato en vez de en contra. También se puede pasar por alto el que Carnahan, según yo, se crea Guy Ritchie -incluso cuando éste no ha inventado nada ni tampoco sea un genio o visionario que admirar/copiar-, pues a decir verdad el estilo está en la misma línea que el espíritu de "Stretch": no detenerse nunca ni amilanarse ante algunas normas -subrayo porque, como se verá, hay otras desgraciadamente seguidas al pie de la letra-. Lo que no se puede perdonar es ese nefasto final que peca de cursi y previsible, tanto que contraviene el desenfado y los excesos previos. Es ver a un Carnahan pasar de director, eficaz y todo, disfrazado de "transgresor" a otro, el mismo aunque completamente distinto, que no logra ocultar su cara buenita y conservadora, tanto en lo moral como en lo estético-narrativo; peor aún, el tipo convierte un elemento misterioso, cuasi surreal y simbólico -lo relacionado a lo rosa, lo pink-, en una romanticada digna del manual más usado por los novatos hollywoodenses... convierte el país de las (oscuras) maravillas que es Los Angeles en una superficie plana y sin nada que ofrecer en muchos kilómetros a la redonda. Me pareció una traición en toda regla, además de un tópico argumental tan pero tan obvio que desnuda la falta de imaginación bien escondida entre tanto conocido divertimento -aunque bien empleado-... Pero bueno, olvidemos lo malo, ¿shall we? Volvamos al clímax, que así como estaba me parecía realmente hermoso y liberador, cumbre de una delirante y alucinante montaña rusa. Si "Stretch" hubiese terminado ahí, yo feliz...
"Stretch" es una película en extremo divertida y disfrutable que dura tan sólo 90 veloces minutos, amén de un director que sabe aprovechar el sentido de urgencia y que inyecta adrenalina cada dos por tres; por si fuera poco, Patrick Wilson, era que no, está estupendo y aguanta indemne el delirio sin control que vemos pasar frente a nuestros ojos. ¿Qué se puede decir de su actuación? Ah, sí: que se adueña del espacio. Y qué más se puede decir... que se nota de inmediato que todos lo están pasando de maravillas, sensación que se traspasa al espectador que disfruta sin ningún tipo de complejos o prejuicios esta audaz, ágil y positivamente desvergonzada locura. Ahora a dormir que mañana comienza la semana, nada más y nada menos que con la puta universidad... quizás me permita algo que también les recomiendo a ustedes: una alta dosis de "Stretch". Directo a la vena y al cerebro, para mayor placer. Vamos, vamos...