Ströbeck, un pueblo de ajedrecistas
(Fuente: Revista Estampa)
Así como Halberstadt era una ciudad bien comunicada, por donde pasaban las líneas del ferrocarril que en pocas horas podían trasladar a la gente a Magdeburgo, Postdam, Berlín, Hannover, Leipzig, Hamburgo… no lo era Ströbeck, cuyo pueblo estaba situado en lo más abrupto del macizo montañoso de Harz, aislado prácticamente de todo trato humano. Pero es aquí precisamente, en este retiro, en aquella soledad, en aquel alejamiento del bullicio de la vida moderna, en este lugar casi inaccesible, donde el tiempo parece que no corría y donde los vecinos -en el año 1935 eran unos 1400- debían aburrirse día tras día, si es que no hubiera acaecido en una época remota un suceso que cambió totalmente la vida de sus gentes: la llegada de un personaje que debía ingresar en prisión y del que hablaré más adelante.
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