La historia de la humanidad podríamos resumirla en un continuo intento de los poderosos por mantener sus privilegios y un casi siempre frustrado intento de la mayoría por dignificar sus condiciones de vida. Los primeros siempre han contado con poderosas herramientas, como el miedo, la amenaza, la religión y las armas, (y siempre han tenido esbirros a sus servicio dispuestos a hacer cumplir lo que se les ordenaba). Con estos "sutiles" argumentos se han perpetuado y han establecido siempre dos castas: los que mandaban y tenían derechos, y los que obedecían y carecían de ellos.
Si algún país se puede poner de ejemplo de arrancar libertad y justicia social a sangre y fuego, ese ha sido España. Tenemos una durísima historia de miseria, desigualdad, falta de libertad e imposición.
Las clases populares se han abierto camino siempre a cambio de su sangre, de la cárcel, del miedo, y de la imposición. Nuestro país está lleno de brillantes páginas de lucha, de rabia contenida y solidaridad en momentos muy difíciles en los que había que jugársela. Casi siempre se perdía la batalla, pero la llama iba prendiendo, la memoria se iba haciendo y la conciencia de clase se grababa.
Lo que llamamos izquierda es lo que mejor define esa lucha y es la que nos ha traído hasta aquí. En tiempos de la República, durante la Guerra Civil y a través de la dictadura millones de progresistas, amantes de la igualdad, han luchado codo con codo y han pagado muy caro esa osadía de considerar que toda persona tiene los mismos derechos y han de tener las mismas oportunidades. Los de siempre han intentado acallar su voz, ignorarlos, acogotarlos, pero ha sido inútil.
En nuestra transición, ahí estaban los viejos luchadores que se quedaron y los que volvieron para recordar que aquí estábamos y aquí seguimos. Hubo que pelear mucho, hablar, acordar, ceder y poner en marcha el mejor sistema político conocido: LA DEMOCRACIA.
Todos los logros arrancados, como el derecho a decidir, sanidad y educación públicas y gratuitas, unas pensiones dignas, ley de dependencia, derecho a la manifestación y a la huelga, las mismas leyes para todos, infraestructuras para uso público, negociación de las condiciones de trabajo...todo eso, ha sido instado y conseguido por la izquierda con el Partido Socialista al frente.
Pisando el terrano más cercano, vamos a pensar qué ha pasado en Marmolejo. Nuestro pueblo, después de la dictadura, era un lugar donde se retrataba de dónde veníamos. Era un pueblo en el que se plasmaba esa realidad de la que venimos hablando. El centro era un mundo que no tenía nada que ver con los barrios, como por ejemplo, Belén o las Vistillas. Había diferencias significativas de infraestructuras, en las calles, aceras, etc. Las casas de las distintas zonas no tenían nada que ver las unas con las otras, ni por fuera, ni por supuesto, por dentro. Desde entonces, el alumbrado público es igual, el acerado es el mismo, el asfaltado llega a todos los sitios, los servicios creados, deportivos, sociales, etc. están distribuidos por todos y cada uno de los rincones de nuestro pueblo... en definitiva, se ha trabajado por todos y cada uno de los marmolejeños, sin establecer diferencias de condición y clase. Eso es lo que define y diferencia a la izquierda de la derecha, entre otras muchas cosas. ¿Os acordáis de cuándo hubo que jugársela para que los trabajadores tuviesen su cartilla agrícola, y quién se la jugó y ganó para todos?
Nuestros paisanos siempre han sido conscientes de quién ha trabajado por ellos y quiénes merecían su confianza, como hemos dicho en otras ocasiones, Marmolejo es un pueblo de izquierdas.
En las últimas elecciones municipales así lo manifestó en las urnas. Quería seguir teniendo un gobierno de progreso y echando mano de su memoria, no quería bajo ningún concepto un Ayuntamiento en el que mandase otro Herrera. Al igual que ha ocurrido en las últimas elecciones generales, donde Rajoy y los suyos han sometido al pueblo español a un engaño masivo y descarado y todavía tiene la caradura de no entender porqué el país está en la calle, en Marmolejo ha ocurrido tres cuartos de lo mismo. Ese que se llama de izquierdas, antes y después de las elecciones, nos ha mentido e intentado convencer de que iba a llevar una política de izquierdas. Desde el primer día después de las elecciones quedó claro que no, no gastó ni un minuto, ni una gota de saliba, en hablar con sus aliados políticos naturales. Lo que nos lleva a pensar que era algo premeditado que tenía más que pensado con quién iba a desgobernar nuestro pueblo.
Algunos que cayeron en la trampa y que lo votaron, no por él, sino por la historia de alguna de las siglas que integran la coalición de Izquierda Unida, al día siguiente se dieron cuenta de su error y siguen preguntándose que para qué sirvió su voto. Ven, con rabia cada día menos contenida, que ha servido para que hubiese en Marmolejo una salida por la derecha que, evidentemente, la derecha ha aprovechado y ha ocupado lo que ellos consideran su sitio natural, el poder. Desde entonces, estamos viendo el lamentable espectáculo que dan día sí y día también, los supuestos representantes de un partido de izquierdas, arrodillados, sumisos, sirviendo y callados frente a una derecha carca, hortera, manipuladora, mentirosa y crecida, que está a lo que ya sabemos, recuperar sus viejos privilegios y desmontar piedra a piedra lo que tanto nos ha costado levantar.
Nos preguntamos, ¿es ser de izquierdas bajar los impuestos a las grandes empresas, y subir las tasas de servicios básicos y necesarios a todo el mundo? ¿Es ser de izquierdas decir que quien no pague el agua, ya sabe lo que le pasa? ¿Es ser de izquierdas cerrar servicios públicos y gratuitos? ¿Es ser de izquierdas privatizarlos, como la guardería y el deporte? ¿Es ser de izquierdas estar destrozando las plazas, el acerado, el mobiliario urbano, los árboles, los parques...? ¿Es ser de izquierdas tener el pueblo abandonado, lleno de basura, suciedad y sin cuidado ninguno? ¿Es ser de izquierdas negarse a realizar una consulta popular para el cambio de fecha de la feria? ¿Es ser de izquierdas quitar por arte de birli birloque a un alcalde elegido democráticamente, sencillamente porque no te vienen bien las siglas a las que representa? ¿Es ser de izquierdas dar trabajo sólo y exclusivamente a los tuyos y ejercer una política de nepotismo? ¿Es ser de izquierdas permitir que una secretaria, pagada por todos, actúe como comisaria política y que no atienda y respete a los ciudadanos que le pagan? ¿Es ser de izquierdas no atender a los ciudadanos, no escucharles y mentirles? ¿Es ser de izquierdas permitir que el Ayuntamiento presida y pague las romerías? ¿Es ser de izquierdas meter miedo a los trabajadores, despedirlos sin derechos y que los ciudadanos tengan que pagar de su bolsillo sus desmanes e injusticias? ¿Es ser de izquierdas intentar cargarse un gobierno elegido democráticamente en las urnas, como es el del Poblado de San Julián? ¿Es ser de izquierdas aliarse y formar piña con aquellos que durante toda la democracia sólo han tenido como argumentario que si es bueno para Marmolejo, entonces no?...en definitiva, ¿es ser de izquierdas gobernar con la derecha, y postrarse a sus pies?
Podríamos seguir preguntándonos y lejos estaría su final, todos los que estáis leyendo esto sabéis que estas son preguntas retóricas, con respuesta sabida, que es NO. Es evidente que en nuestro pueblo hay algunos comunistas decentes, pocos, pero los hay. Estos los vemos con la cabeza gacha, no porque renieguen de sus ideas, sino porque se sienten avergonzados de compartir siglas, que no ideas, con los que les malrepresentan en el Ayuntamiento. Estos comulistos de la nueva ola se sirven de unas siglas históricamente maltratadas, luchadoras, que han mantenido la llama de la izquierda y que como decíamos arriba han pagado muy caro, a lo largo de la historia, estar al lado del PUEBLO. Estos comulistos han venido a SERVIRSE, NO A SERVIR, a dejar mandar a los que siempre nos han mandado por imposición, a traicionar el voto verdadero y sincero, a desgastar y atentar contra la izquierda real y a destruir todo lo mucho y bien hecho en nuestro pueblo eligiendo los peores compañeros de viaje.
POR EGOÍSMO, POR NECEDAD, POR NARCISISMO, POR TORPEZA, POR DESMEMORIADOS, POR NO SABER DISTINGUIR EL BIEL DEL MAL, HAN PROSTITUIDO UNA PALABRA QUE MERECE TODO EL RESPETO: LA IZQUIERDA.
"Con todos sus errores y aberraciones la Historia con una H mayúscula ha progresado hasta el punto en que se halla hoy gracias a esas revoluciones y a esos avances"
Santiago Carrillo
Pd: Ahora entendemos cómo con personajes como los de Izquierda Unida de Marmolejo, Santiago Carrillo acabó más cerca del Partido Socialista que de ellos, que los tuvo que dejar por imposible.