Su literatura | Un paseo por los cuentos de Roald Dahl

Publicado el 20 agosto 2018 por Carmelo Carmelo Beltrán Martínez @CarBel1994

El artículo Su literatura | Un paseo por los cuentos de Roald Dahl es propiedad de Carmelo Beltrán.

¡Bienvenidos al segundo episodio de la iniciativa Un paseo por los cuentos de Roald Dahl! En el capítulo anterior se abordaba de manera global la historia de su vida como paso introductorio a sus relatos. Ahora, continuando con esta dinámica, toca un acercamiento tenue a su escritura y literatura. Después de ello ya tocará embarcarse en la tarea de profundizar en cada una de sus historias cortas. No son pocas.

Su literatura | Un paseo por los cuentos de Roald Dahl

Su vida estuvo plagada de cuentos. De todos ellos, el primero que publicó fue Pan comido. Es cierto que no fue el primero que surgió de su pluma, ni siquiera el primero que le fue encargado, pero sí el primero por el que alguien apostó.

Esta persona fue Cecil Scott Forester, un escritor británico contemporáneo que destacó con su saga sobre la Marina Real en la Guerra Napoleónica. Este animó a Roald Dahl a que lo mandara al Saturday Evening Post, donde también tenía mano. En 1942 vería la luz.

Los inicios de Roald Dahl como escritor para niños

Pese a que su orientación no debe centrarse únicamente en la infancia, el peso de este tipo de narrativas en su obra literaria es suficiente como para dedicarle el papel protagonista.

Los gremlins fue la primera obra que estuvo enfocada a este colectivo. Se trata de una historia que versaba sobre unas criaturas malvadas que formaban parte del folclore de la RAF (Real Fuerzas Aéreas Brtiánicas).

Se publicaría en el año 1943, aunque no estaría en este punto lo más curioso de su sentido. La verdadera magia es que se trató de un encargo personal de Walt Disney. Quería transformarlo en un largometraje de animación. Una pena que no llegara a fructiferar nunca.

Roald Dahl no se vino abajo por este traspiés. Lejos de dejar la pluma y dedicarse a otro oficio, compuso el primer intento para lanzarse al mundo de la literatura infantil. Así, a Los gremlins les sucedieron obras de la talla de Charlie y la fábrica de chocolate o Matilda.

Es menester señalar que la mayoría de estos cuentos acostumbraron a estar ilustrados por Quentin Blake. Un referente en este campo. Captaba el humor negro y los escenarios grotescos que planteaba Roald Dahl sin mayor problema.

Los cuentos para niños de Roald Dahl estaban narradas, en su mayoría, desde el punto de vista de un niño. Era habitual que involucraran a villanos adultos que trataban más a los jóvenes. Corruptos por el odio, la esperanza de la infancia surgía de otro adulto que enarbolaba la salvación de los más pequeños.

La escritura para adultos de Roald Dahl

Pese a que la fama le preceda ante todo en la literatura dirigida a los niños, Roald Dahl no circunscribió su narrativa únicamente a este ámbito. También se gustó, y mucho, en el campo de la literatura adulta.

Son muchos los expertos que la consideran exitosa. Los números hablan por sí mismo. Sus historias se definen como macabras, cargadas de humor negro y finales dispuestos a sorprender.

Como era costumbre en la época y en el mundo anglosajón, acostumbraban a ver la luz en revistas en un principio. Posteriormente se publicarían por la vía tradicional en forma de antologías, formato que le catapultó hasta la fama.

En total, Roald Dahl ha publicado más de sesenta y cuatro cuentos. Se dice pronto. Muchos de ellos fueron trasladados al mundo del cine, aunque normalmente con resultados bastante negativos por la crítica. De todas estas adaptaciones, destaca Hombre del sur, que adaptada por Alfred Hitchcock y Four Rooms, por Quentin Tarantino.

Roald Dahl como escritor de guiones

Por último, queda abarcar la faceta de escritor de guiones de Roald Dahl.

Nunca fue su pasión y únicamente lo hizo por dinero. Sin embargo, de algo hay que comer y mejor que fuera de seguir escribiendo que de cualquier otro oficio.

De toda su obra como escritor de guiones destacan dos adaptaciones de trabajos novelescos de Ian Fleming y la adaptación de su propio guion de Charlie y la fábrica de chocolate a Willy Wonka y la fábrica de chocolate en 1971.

Ahora que ya hemos sobrevalorado la narrativa de Roald Dahl, estamos preparados para perdernos por sus cuentos. Así que bienvenidos de nuevo a Un paseo por los cuentos de Roald Dahl. Nos vemos por las redes muy pronto con más historias.

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