Pero mientras, hoy os traigo la reseña de la tercera parte de la saga Amigos del barrio, de Noelia Amarillo. Las dos primeras partes, Falsas apariencias y Cuando la memoria olvida, me encantaron (aunque a la segunda le habría cambiado al protagonista XD) ¿Y ésta? Seguid leyendo =)
Argumento
La vida de Ariel ha tocado fondo. Tras años trabajando de electricista en obras a pesar de su juventud, con la llegada de la crisis y con el paro que no le va a durar muchos meses más, no tendrá donde caerse. Consigue alquilar una habitación a medias con Lulú, una prostituta, en una pensión de mala muerte. La que de pequeña fue la princesita de unos padres humildes, un chatarrero y una limpiadora, tendrá que empezar a ganarse la vida en el único trabajo que encuentra: vendiendo juguetes sexuales.¿Y si el príncipe, ni es príncipe ni es azul? ¿Y si no tiene blanco corcel, ni castillo maravilloso? ¿Y si es un honrado trabajador, con un sentido del humor inexistente y un genio de mil demonios? ¿Y si viste vaqueros en vez de brillante armadura y su ejército lo componen zapatos en vez de guerreros? ¿Puede un simple zapatero ser el príncipe encantado que toda princesa busca? ¿Y si la princesa no es delicada? ¿Y si en vez de tímida y recatada es arisca e insociable? ¿Y si no sabe entonar dulces canciones de amor, pero se le da de maravilla pelear? ¿Y si en vez de bordar hermosos tapices, su trabajo consiste en vender juguetes eróticos? ¿Puede esta insólita mujer ser la dulce princesa que enamora al príncipe azul… aunque dicho príncipe sea en realidad un zapatero enfurruñado?
¿Puede el amor surgir entre la chatarra, los zapatos y las clases de Jiu Jitsu de un gimnasio de barrio? ¿Por qué no?
Reseña
Ya os he comentado en otras ocasiones que, si hay algo que me gusta especialmente de Noelia Amarillo, es que sepa introducir temas peliagudos, de denuncia social, a la par que desarrolla sus preciosas historias románticas. Aquí nos vuelve a ofrecer todo eso con una pareja protagonista maravillosa.
De Darío poco se puede decir. Es un pedazo de pan, un cielo, con una paciencia infinita con la chica de la que se ha enamorado y a la que le costará llegar y traspasar sus defensas. El chico es un amor y ambos forman una pareja perfecta. Quizás, la pega de la relación, como es común, es lo precipitado que resulta el enamoramiento, sobre todo por parte de él. Pero bueno, es lo único que le puedo sacar de negativo a la pareja y, de todos modos, van pasito a pasito, sobre todo por esa sirena que no confía en abrirle su corazón.
En cuanto al punto de denuncia social, aparte del contexto de crisis general, en esta novela Noelia ha hecho que gire principalmente en torno al machismo, deteniéndose en el tema de las agresiones sexuales. Todo surge cuando, algunas de las compradoras de artículos eróticos de Ariel, acaban charlando sobre este asunto y acaban practicando técnicas de autodefensa en el gimnasio. Me ha parecido muy interesante y necesario, así como me han hecho reflexionar en los consejos que se dan y en lo injusto de las situaciones.
Pero la novela es más que la relación y los aspectos serios. Los choques dialécticos de los protagonistas dan muchos puntos cómicos, y las aportaciones divertidas de los secundarios no se quedan atrás, en especial un Héctor que no parará de chinchar a su hermano mayor y que tendrá un peso importante en la trama pues el siguiente libro está protagonizado por él.
De la componente sexual se puede decir que está ajustada a la trama y que no sobra ninguna de las escenas que tienen. Y todo al estilo de Noelia, con momentos más intensos, otros más divertidos y otros de puro amor.
En definitiva, una novela preciosa, con momentos emotivos que me han sacado la lagrimita pero también con otros que me han hecho reír a carcajadas. Equilibrada en todos los aspectos, entretenida y adictiva. Y todo con un estilo fresco, directo y natural que hace que vuelen las páginas. De los tres que van de la saga, el mejor con diferencia.