A estas alturas ya todos sabemos que, aunque la crisis económica ha tenido un impacto negativo en prácticamente todos los sectores de nuestra economía, hay algunos nichos de mercado que se han visto favorecidos. Y este es precisamente el caso del mercado de los coches de segunda mano, el cual no ha dejado de crecer desde 2008.
Dentro de este segmento de los vehículos usados, las subastas constituyen una gran oportunidad para quien desea adquirir un coche a un precio atractivo. En contra de la idea que muchas personas suelen tener de las subastas, donde se adquieren coches a precios desorbitados, en la mayoría de ellos, los precios suelen ser bajos.
La Administración Pública es la organizadora de una gran cantidad de estos eventos a través de los que ha buscado, por un lado, reducir su parque móvil, eliminando gastos y consiguiendo liquidez y, por otra parte, dar salida a los vehículos confiscados a sus dueños por haber cometido un delito, en su mayoría de tipo fiscal. La Agencia Tributaria es, por lo tanto, la que convoca el mayor número de subastas, tanto es así que suelen hacerse hasta dos al día, sólo vehiculares. Además, las subastas oficiales se comunican periódicamente en el BOE, tanto las vehiculares como las de todo tipo de bienes embargados.
Es una opción poco conocida y que a muchos se les escapa cuando piensan en comprar un coche. La mayoría le teme a invertir en un coche de segunda mano por desconfianza, sobretodo cuando se trata de coches con más de 5 años o más de 300.000 km. Pues bien, la ventaja de las subastas que organiza la Administración Pública, más allá de que todos los trámites sean legales, es que muchos son coches seminuevos que han sido embargados ante la posibilidad de pago del anterior comprador y puedes encontrarlos prácticamente nuevos.
En una subasta pública puede participarse tanto presencialmente, como por internet, siempre que se disponga del DNI electrónico o de un un certificado electrónico expedido por el organismo competente. Sea cual sea el método de participación, deberá realizarse un depósito del 20% del tipo de la subasta, que será devuelto a los postores que no se hayan adjudicado el bien, no así al que sí lo haya hecho, que deberá abonar el resto (llamado remate) o perderá la cantidad aportada. El depósito se efectúa, bien a través de Internet o bien mediante un cheque a favor del Tesoro Público.
Se recomienda acudir a varias subastas para empaparse del método de funcionamiento y del modo de hacer de los pujadores expertos antes de lanzarse a adquirir un coche. Otro buen consejo es acudir siempre con un límite marcado por encima del cual no resulta interesante para nosotros el coche por el que vamos a pujar.
Estos son nuestros consejos pero, si has participado en alguna subasta, nos encantaría conocer tu experiencia.