Sucumbir a todos los pecados capitales en Loarre. Yo lo he hecho y no me arrepiento.

Por Pecados Capitales @PecadosCap
Hola, amig@ pecador@,

Algunos participantes al Fin de Semana Romántico, con la corporación municipal de Loarre y otros organizadores.

Hoy llego con un día de retraso, lo sé, pero mi buena amiga Lady Gula ha sido tan amable de cambiarme la fecha. El motivo, mi abandono del pasado fin de semana a toda la lista de pecados capitales en busca del relajo, la diversión, el reencuentro con antiguos amigos y, muy importante, el descubrimiento y contacto con otros nuevos han sido los culpables de que ésta haya sido para mí una semana de locos, insalvable stress y un montón de asuntos pendientes.   Pero aquí estoy, dispuesta a demostrarte que la demora ha valido la pena. Porque, si quieres ser feliz y no morir en el intento (aunque nosotros —los que allí acudimos— estuvimos a punto de hacerlo por hipotermia y agotamiento), sigue mis pasos y homenajéate con un fin de semana inolvidable en Loarre (Huesca).   De verdad, el frío y el cansancio es un pago bien invertido. Hoy todo eso ya está olvidado y superado y lo que queda es tan fantástico que, si pudiera, a estas horas estaría repitiendo.

En mi calidad de editora de la Colección
Letra eNe, que editará la novela ganadora:
"El secreto de Loarre"

   No sé si lo sabes, pero por si acaso te lo repito. El 17, 18 y 19 de mayo se celebraba un fin de semana romántico en esa maravillosa localidad del Alto Aragón que es Loarre. El encuentro tenía lugar como colofón al I Concurso de Novela Romántica «Castillo de Loarre», cuyo fallo tendría lugar en una cena de gala a la que acudirían —¡y acudieron!— los finalistas.   Y esta Lady Lujuria, junto con otras ladys Pecados, formábamos parte del jurado, así que el pasado viernes, apenas amaneció, hacia allí nos desplazamos raudas y felices al encuentro con nuestras obligaciones.   Y dirás tú, ¿y qué tiene todo esto que ver con la Lujuria?   Pues realmente tiene poco, pero no será porque los organizadores de este fin de semana no nos lo hayan puesto fácil. No en vano, la corporación municipal de Loarre, con su alcalde, Miguel Liesa, y su primer teniente de alcalde, Mar Giménez Cuello, a la cabeza, hicieron todo lo posible para que diéramos rienda suelta a todos los Pecados Capitales. Te lo explico.   LA SOBERBIA — Si partimos de la base que su lady, Teresa Cameselle, fue una de las primeras en llegar a la cita —también en calidad de jurado— tras diez fatigosas horas de viaje desde su Galicia natal junto a Lady Envidia, ya sería éste motivo suficiente. Pero no, en este caso el pecado no llega de mano de su representante terrenal, sino de la soberbia organización con el que el Ayuntamiento de Loarre nos dio la bienvenida y nos homenajeó durante todo el fin de semana. A saberse:

Presentación de mi libro a cargo de
Jezz Burning y Lady Envidia

Vista de los Mallos de Riglos
desde el  Mirador de los Buitres

Jezz Burning y Pilar Cabero (miembros
del jurado) en la Casa Rural "El rincón
de Andresé"


   Casas de turismo rural, donde dar descanso a nuestros doloridos huesos tras los actos y excursiones; ceremonia de acogida en el salón de plenos del Ayuntamiento; cena en casa del alcalde para todos los miembros del jurado y sus acompañantes para dar sabor a la deliberación del premio; visita al… (uf, me faltan adjetivos) super-mega-hiper maravilloso castillo de Loarre, con visita guiada —y de qué modo— por las dependencias y estancias de tan estupendo lugar con solera de siglos; chachi-suculenta comida típica aragonesa; presentaciones de libros de las autoras participantes —incluidos los de una servidora—; elegante y sobria cena de gala en la Hospedería de Loarre para dar cuenta del fallo del jurado y conocer a la ganadora del concurso, y visita turística por los alrededores del lugar (Mallos de Riglos, La Galliguera, el castillo de Marcuello, la ermita de San Miguel…).

   
Después de todo esto, ya me contarás si no resulta SOBERBIOel viajecito…   Pasemos al siguiente pecado.LA AVARICIA — Éste corrió de manos de los participantes. Ávidas de acaparar sensaciones, nos zambullimos como posesas en las posibilidades que los organizadores ponían a nuestro alcance. Y sí, hemos de reconocerlo todos, no nos cortamos ni un poquito y tomamos todo cuanto nos ofrecieron y más. Fuimos, sin duda, muy, pero que muy, AVARICIOSOS. Tanto, que incluso antes de salir de allí ya pensábamos en volver, por lo que yo ya he empezado a ahorrar para la próxima edición del Fin de Semana Romántico 2014, porque no me lo pienso perder ni loca.   LA GULAUfffff, qué decir de este pecado… Yo, desde luego, no he querido poner ni un pie en la báscula desde mi regreso, no vaya a ser que me dé un jamacuco…

Ternasco cocinado por Miguel Liesa

   El señor alcalde nos llevó a su terreno y nos homenajeó con un ternasco que… ¡ay, Dios mío!, salivo de sólo pensarlo. Estaba asado a horno de leña, sólo con el calorcito de los ladrillos refractarios, durante horas y horas. Ambrosía pura, amig@. Y qué bien acompañado por esa ensalada y esos caldos de Somontano que dan las uvas de aquellos parajes…

Entremeses de la comida en el Centro
de Acogida del Castillo de Loarre

   En cuanto a la comida que nos ofrecieron en el Centro de Acogida de Visitantes del Castillo de Loarre… Sin comentarios, sólo os enseño la foto de los entremeses a los que siguieron un pollo al chilindrón y un postre de frutas en vino que estaban para chuparse los dedos.   Y la cena de gala en la hospedería… Unos espárragos con codornices, seguidos de bacalao a la miel y helado de tomillo. A esas alturas ya no me quedaban dedos para chupar y empecé por los codos.

Los bocatas del bar Pola.
Un tentenpié de media mañana...

   De los desayunos no voy a decir nada… Sólo que el bar Pola nos recibió cada mañana y su comedor se llenaba de los aromas que emanaban de nuestros bocatas de «a metro».   No, no, amig@, hambre no pasamos ni gotita. ¿Me crees, verdad? ¡Lo que hubiera disfrutado nuestra Lady Gula allí!

Castillo de Marcuello


Ventanas del Castillo de Loarre

   LA ENVIDIA — Tal vez este pecado se lo debería de dejar a María José Losada, Lady Envidia, que también estuvo allí, pero en lo que a mí respecta diré que pequé de envidia, sí, casi constantemente. Envidié los parajes; la vida sencilla de las gentes de ese pueblo; la tranquilidad de sus calles; la historia que rezuman las piedras que encontraba a mi paso; las vistas que inundaban mis retinas, protagonizadas por ese castillo de diez siglos de antigüedad… Por tantas cosas. Hubiera sido difícil pecar de envidia más y en menos tiempo, lo reconozco sin rubor alguno.

Panorama desde el castillo

   LA PEREZA — En este caso pecar era lo lógico… Los que menos teníamos tres horas o tres y media de camino de vuelta. Otros, como Lady Avaricia, Lady Envidia y los suyos, hasta diez. Frente a ese panorama y después de todo lo que os he explicado, ¿a quién no le da pereza regresar a su rutina? A mí, desde luego, me daba mucha. Ninguno queríamos abandonar Loarre. Bien es verdad que tengo que confesar que yo me dediqué a dormir durante más de la mitad del camino. Estaba agotada. Mi marido no tuvo tanta suerte, le tocó conducir, jejejeje. Yo no le sustituí al volante en ningún momento porque me daba PEREZA…

Toc, toc. ¿Se puede repetir?

   LA IRA — Volver a las interminables horas de encierro frente al ordenador, pensar todo lo que tenía que hacer y que había quedado olvidado por unos días, darme cuenta que tenía que entregar una corrección que apenas había empezado, ser consciente que no volvería a ver a mis entrañables amigas como mínimo en meses… ¿Eso despierta IRA o no? Contéstate tu sol@ amig@. Yo me enfado de sólo pensarlo.

Lujo lujurioso en las habitaciones del Ricón de Andresé

   Y por último, LA LUJURIA — Si yo sucumbí a ella o no, no te lo voy a decir. Dejaré que tu imaginación se desborde y que pienses lo que quieras, pero desde luego la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Loarre nos lo puso fácil, porque ni siquiera faltaba el jacuzzi. Aquí te dejo la foto de las habitaciones que asignó a sus visitantes. Ya me contarás…   En fin, querid@, que no te pongo los dientes más largos. Sólo volver a expresar mi más sincero agradecimiento a todas las personas que hicieron posible este inolvidable y pecador fin de semana.

Algunos "sufridos" consortes asistentes

   ¡Y deja ya de comerte las uñas por la envidia, pecador@! Sólo tienes que apuntarte para el año que viene, que serás bien recibid@.    Más fotos, aquí.