Os dejo un artículo que publiqué el pasado viernes en el periódico Dossier Empresarial con el título Con la selección ganamos todos, incluído dentro de un reportaje más amplio elaborado por Mónica Alonso con el título Lo que toca la Roja lo convierte en oro. Aquí va:
Comienza una nueva edición del Campeonato del Mundo de fútbol, "la cita de mayor interés planetario". En esta ocasión, tras la victoria de "la Roja" en la Eurocopa de 2008, el buen juego desplegado por la selección y los elogios recibidos, el interés y las expectativas son máximas, que al margen de lo deportivo, tiene múltiples beneficios en otros campos.
Desde el punto de vista económico, hay cuatro colectivos especialmente beneficiados: primero, bares y hostelería. Se estima que el consumo de cerveza por persona un día normal es el equivalente a 1 botellín, mientras que los días de partido se dispara a 14 botellines.
Segundo, el mundo del merchandising y los souvenirs: camisetas, gorras, banderas, pins, abanicos o cualquier otra ocurrencia asociada a "la Roja", tienen una gran aceptación entre el público. Según un reciente estudio, España es el país que más gastará en este tipo de productos (27 euros por persona), muy por delante de franceses e ingleses (15 euros) que ocupan las siguientes plazas; tercero, el sector del turismo a través de billetes de avión y alojamiento para muchos españoles (aficionados, periodistas, deportistas...) que se desplazarán a Sudáfrica a seguir el evento y hacer turismo; y cuarto, los patrocinadores -su inversión se ha multiplicado de 5 a 26 millones de euros desde el último mundial- quienes con la euforia desatada con la selección prevén una rentabilidad de 3 euros por cada euro invertido.
Desde el punto vista sociológico, también existen ventajas. Sabemos que las victorias deportivas influyen decisivamente el estado de ánimo de la gente, que es el que determina nuestro comportamiento, y por ende, nuestro desempeño. Diferentes trabajos empíricos muestran la correlación entre resultados futbolísticos y productividad laboral, lo que en un entorno de crisis es de gran ayuda para estimular la economía. El fútbol no soluciona problemas, pero da alegrías; y cuando uno afronta los retos con buen ánimo, las cosas mejoran y salen adelante. Además, un estado de ánimo positivo mejora la comunicación y las relaciones, y todo ello predispone a llegar a acuerdos más fácilmente, algo mucho más complicado cuando el pesimismo se instala entre los ciudadanos.
Desde el plano político, una victoria de la selección sirve para potenciar nuestra "marca-país". Acaparar portadas, entrevistas y minutos de televisión como campeones del mundo sirven para exhibir las virtudes como nación y obtener el reconocimiento y la atención internacional, una forma de mostrar al resto del planeta que se saben hacer bien las cosas. No hay que olvidar que detrás de cualquier éxito hay planificación, capacidad de trabajo, disciplina, organización, trabajo en equipo y otros valores implícitos. Ese refuerzo de la "marca-país" genera simpatías y abre muchas puertas que redundan en contratos comerciales y alianzas estratégicas entre empresas o gobiernos.
En resumen, el Mundial de Sudáfrica, en el que todos tenemos grandes esperanzas puestas en el combinado nacional, brinda interesantes oportunidades más allá del espectáculo deportivo. Como siempre, serán las victorias y el ir pasando eliminatorias, las desencadenantes de todos los beneficios apuntados. Cuanto más lejos llegue la selección, mayor será el impacto positivo en todos los ámbitos.