El jueves ganamos. Grecia puso una muralla, pero al fin la paciencia ganó. El equipo se mostró solvente. Los suplentes no parecieron tales, dignamente cumplieron todos. Quedan los dos arqueros y Garcé sin debutar todavía. Eso marca la certeza que son veintitrés leones.
En esta oportunidad no voy contar los detalles de cómo viví el partido. Si que lo hice con gran emoción y esperanza.
Quiero pedirles que miremos el futuro con gran expectativa. Está todo dado para que esta vez se dé.
Maradona, Diego Maradona. Un hombre que nos emocionó con su juego pero mucho más por su compromiso con la camiseta argentina. Lloró en el ´78 porque Menotti observó que no era su tiempo. Se bancó España ´82. Logró la consagración en México ’86. En el ’90 fue un león herido que no se entregó. En el ’94 cayó en el control antidoping. Fuera de la cancha hizo demasiadas macanas, quizás por su origen y ese abrupto cambio de mundo. Pasó de héroe a villano. Casi se muere. Actuó sin razón muchos años. Estuvo al borde del colapso. Y –según el dice- por sus hijas hace seis años que no prueba droga y se recupera. Y llegó a la selección. Vehemente se desubicó varias veces. Hasta lo penaron desde la FIFA por las declaraciones de Montevideo. Y tuvo unas eliminatorias donde no se vio el técnico y los hinchas dudamos de él. Llegó al mundial y Diego es otro. El rendimiento de algunas figuras en sus clubes, más el triunfo frente a Alemania, le hicieron recuperar cierto crédito. Ya en Pretoria lo comenzamos a ver calmo, reflexivo, ubicado. En los partidos que permitieron esta clasificación a octavos pudimos ver su trabajo, su autoridad y la responsabilidad de crear un grupo elogiable.
Diego merece hoy nuestro respeto. Todavía no gana el mundial, pero hace los méritos. Me emociona profundamente su amor incondicional a la selección. Lo veo hoy como cuando entraba a la cancha con la celeste y blanca. Está poniendo la garra y el cerebro como siempre. Apostemos por él.
Finalmente les voy a pedir que vean y escuchen un Poema. Lo hizo un gaucho. Un hombre que jugó con él en inferiores de Argentinos. Pasado el mundial ’90, lo escribió. Es un lindo homenaje. Se llama “Yo vi llorar a un gigante” y su autor es el Pampa Cruz, oriundo de Colón Provincia de Buenos Aires.
Muchas Gracias. Démosle la derecha a un gran zurdo.