Yo pondría en cuarentena esta encuesta que sitúa al Reino Unido en el puesto número 10. Un país sin comida decente, donde llueve sin parar y te acabas pasándote la mitad del año resfriada y tomando la única cosa que parece capaz de curarte, un bebedizo del diablo llamado Lemsip y que tienes que beber disuelto en agua caliente, no debería estar en esa lista. Pero luego veo que el primer país es Australia y ya empiezo a tomarme en serio la encuesta. Cualquiera que haya visto un Callejeros Viajeros o un Españoles/Madrileños/Murcianos por el mundo sabrá que los australianos son majos y felices. Y además tienen koalas y wombats y quokkas.
Cuando yo era (más) joven trabajé unos meses en el servicio de denuncias telefónicas de la policía. Puede sonar intrépido y aventurero, pero no lo es. Era una teleoperadora y me limitaba a atender en inglés a los guiris a los que habían robado y que no querían esperar la cola en comisaría donde, además, rara vez les podían atender en inglés. Como os podréis imaginar, la gente estaba enfadada, frustrada, triste... porque sus vacaciones se habían fastidiado por culpa de alguien que les había robado la cartera con todas las pertenencias abajo reseñadas sin que el denunciante se percatara de los hechos. Los únicos que eran siempre amables eran los australianos. Solía tratarse de mochileros, jóvenes, que se habían tomado varios meses de vacaciones para recorrerse Europa. Les robaban la mochila, todo. Y sin embargo ellos seguían siendo educados, simpáticos y encantadores.
Además de un carácter estupendo que no se agria aunque te roben en el culo del mundo, Australia tiene el nivel de belleza per cápita por las nubes. Desde que exportaron al guapérrimo Mel Gibson de la época de Mad Max no han parado de enviar a Hollywood bellezas que dan la razón a la Biblia en aquello de que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, o al menos al hombre australiano: Eric Bana, Chris Hemsworth, Hugh Jackman, Heath Ledger, Naomi Watts, Nicole Kidman antes de engancharse al botox, el veterinario de "Veterinario al rescate"... No sé vosotros pero yo imagino que es llegar a Australia y ser recibida por una hueste de hombres altos y bellos que llevan en brazos a un montón de koalas.
Pero Australia tiene un problema: está lejísimos.
Así que problemos con Suecia que está más cerca, opera en ella Ryanair y ocupa el número 2 en la encuesta de países felices.
En el tema fauna no puede competir con Australia porque Suecia sólo nos ofrece renos. En el tema gastronómico, tampoco, Australia no tiene una gastronomía típica reseñable más allá de la carne de canguro, pero sí mucha emigración y cocina internacional. Y Suecia ofrece... ¿arenques ahumados?
Pero, entonces, ¿por qué aparece en la lista de los países más felices del mundo? Pues porque tiene todo lo demás. No es que se maten trabajando (a principios de este año instauraron la jornada de 30 horas semanales). Un paro del 7%. Muchas prestaciones sociales. Padres que no consideran que quedarse en casa con los niños sea "ayudar", sino algo totalmente natural.
Por tener, tienen hasta una monarquía molona, tipo la monegasca, con mucho escándalo (que si Victoria estaba anoréxica, que si el novio de Magdalena le puso los cuernos, que si la novia de Carlos Felipe es stripper...). Y un príncipe azul, pero de verdad.
Ya lo dicen en Vanity Fair, Carlos Felipe convierte en monárquico al republicano más recalcitrante.
Y vosotros, lectores de mis entretelas, qué preferís: ¿Abba o Kylie Minogue?, ¿George Miller y Peter Weir o Ingmar Bergman y la saga de Millenium? ¿Suecia o Australia? Votad, votad...