suele invadirme las mañanas,
un cierto riesgo de evasión,
una nada premeditada fuga repentina.
sinvergüenza, sin motivo aparente, sin aparente sentido.
quiere instalarse en los hábitos
y desordenarme las costumbres.
se me arrima al café, a las dos galletas María,
al primer cigarro del día.
busca, chulea, provoca y hurga.
aburre, no da argumentos convincentes.
es entonces, cuando procedo al ritual.
subo el volumen de la radio,
enciendo el segundo
y la acompaño hasta el balcón.