Flequillos amorfos, un saneo de puntas que ha acabado siendo un trasquile en toda regla, tintes que no se parecen a lo que habías pensado, mechas californianas que parecen más un " raíces negras, medios y puntas rubio amarillo paja".
Errores que son difíciles de arreglar hasta que no ha pasado un cierto tiempo. Errores que nos duelen por el resultado y por lo que hemos pagado por ello.
Errores que te hacen replantear por qué no haces un DIY en casa, que es gratis y quizás obtienes el mismo resultado. Errores que hacen que te acuerdes de toda la familia de la peluquera mientras te miras al espejo, esa cara desencajada, ese estropicio de pelo, esa sonrisa suya diciéndote que eso es moda ahora y que vas a triunfar mucho. Si, bueno.... moda mis narices, señora!
Y, por encima de todo, siempre hay algo que me ha hecho reflexionar de manera importante ( ahora es cuando me matáis a comentarios negativos y bla bla bla) pero cada vez que veo a un peluquero, estilista, esteticien, etc, tengo la extraña sensación que de querer ir tan modernos, se pasan y acaban siendo ridículos...como en todo, ¿las demasías son malas?
¿ Los peluqueros son enviados del infierno para desatar el caos en la tierra?
¿Mi pelo volverá a ser normal?
¿ Encontraré ( al fin!) una peluquería en la que seré feliz al salir?
Demasiadas dudas que no se si, mi humor post-peluquería pueden permitirme contestar en este momento.
Y ¿vosotros? ¿opináis igual?
¿tenéis alguna anécdota de desgracias capilares?