El sueño como gran igualador entre la gente me parece una idea interesante.
El hecho de estar ahí dormido, más allá de quién sos estando despierto, y de qué cosas soñás.
Hay mucha ficción acerca de la relación entre la realidad soñada y la vivida, en formato La vida es sueño, Todos los fuegos el fuego, o incluso Las ruinas circulares.
También hay mucho escrito en o sobre situaciones de insomnio, que limita, debo reconocer, la capacidad igualadora del dormir.
Se editan bajo el nombre de Tus pies toco en la sombra, un grupo de poemas de Neruda inéditos hasta ahora, uno de los que me trajo a la mente todo esto.
Acá va, seguido de otro, de Szymborska, que también tiene que ver.
Poema 18 . Pablo Neruda.
Regresa de su fuego el fogonero,
de su estrella el astrónomo,
de su pasión funesta el hechizado,
del número millón el ambicioso,
de la noche naval el marinero,
el poeta regresa de la espuma,
el soldado del miedo,
el pescador del corazón mojado,
la madre de la fiebre de Juanito,
el ladrón de su vértice nocturno,
el ingeniero de su rosa fría,
el indio de sus hambres,
el juez de estar cansado y no saber,
el envidioso de sus sufrimientos,
la bailarina de sus pies cansados,
el arquitecto de su piso tres mil,
el faraón de su décima vida,
la prostituta de su traje falso,
el héroe regresa del olvido,
el pobre de un solo día menos,
el cirujano de mirar la muerte,
el boxeador de su triste contrato,
alguien regresa de la geometría,
vuelve el explorador de su infinito,
la cocinera de los platos sucios,
el novelista de una red amarga,
el cazador apaga el fuego y vuelve,
la adúltera del cielo y la zozobra,
el profesor de una copa de vino,
el intrigante de su puñalada,
el jardinero ha cerrado su rosa,
el tabernero apaga sus licores,
el presidiario anuda su alegato,
el carnicero se lavó las manos,
la monja canceló sus oraciones,
el minero su túnel resbaloso,
y como todos ellos me desnudo,
hago en la noche de todos los hombres
una pequeña noche para mí,
se acerca mi mujer, se hace el silencio
y el sueño vuelve a dar la vuelta al mundo.
Regresos. Wisława Szymborska.
Volvió. No dijo nada.
Pero era evidente que sufría alguna contrariedad.
Se acostó vestido.
Se tapó la cabeza con una manta.
Se acurrucó.
Cuarentón, pero no en ese momento.
Está, como cuando se está en el vientre de la madre,
envuelto en siete pieles, en protectora oscuridad.
Mañana pronunciará una conferencia sobre la homeostasis
aplicada a la cosmonáutica metagaláctica.
Por ahora, hecho un ovillo, duerme.
El que se anima y llegó hasta acá, puede ir a leer un cuento mío que no tiene que ver con el sueño pero sí con el insomnio. clickear ACÁ
Ruinas circulares leído. youtube
Todos los fuegos el fuego.Leído, youtube.