Sueño

Por Myriam Cabanillas
Podría poner mucha información sobre el sueño infantil, estudios científicos, bibliografía,etc,etc.
Pero hoy no lo haré, hoy solo voy a escribir sobre mi experiencia particular en el tema.
Hace unos días que vengo leyendo a algunas mamis blogeras preocupadas por el sueño de sus hijos y las entiendo por que yo se perfectamente lo que es no dormir durante muuucho tiempo.
Mi hijo mayor no durmió mas de dos horas seguidas hasta los 18 meses.
Se estuvo despertando para comer dos veces ( a veces mas) en la noche, hasta creo que los dos años y eso que yo no le daba el pecho.
Le estuve durmiendo encima mio hasta pasados los 3 años, cuando la barriga por el embarazo de su hermana hacia imposible que se tumbara encima mio.
Durante los primeros meses estaba tan agotada, que a veces cuando mi marido volvía del trabajo (por aquel entonces, de madrugada) nos encontraba llorando a los dos: a mi hijo a grito pelado y a mi con desesperación.
Me daba pánico meterme en la cama, maldecia el crujir de las sabanas, me entraban ganas de llorar si venia alguna visita y me daban las 21:00 o 22:00 de la noche con ellos en casa por que me quería dormir, necesitaba aprovechar esas dos horas que mi hijo iba a estar dormido para poder afrontar la noche que sabia que me quedaba por delante, por que mi hijo no solo se despertaba para comer, si no que además lloraba de manera incesante hasta que el biberón entraba en su boca y la mayor parte del tiempo, también después.
Al acostarme me llevaba a la mesita de noche dos biberones esterilizados, un termo con agua caliente medida para dos tomas y un medidor de polvitos con los cacitos necesarios , todo listo para simplemente mezclar y dárselo a mi hijo y minimizar sus llantos inconsolables....
Buscando información en Internet, encontré un universo foril donde había otras madres con hijos como el mio y eso me salvo la vida y la autoestima: no era que yo hiciera nada mal, no era que a mi hijo le pasase nada, simplemente los niños tienen un patrón de sueño que no es, necesariamente, el que explican en la mayoría de libros recomendados por el gran público.
Me hice con un cuaderno donde apuntaba cada despertar, su duración, sus tomas, todo...y descubrí que mi hijo dormía las horas adecuadas para su cortisima edad, solo que esas horas no estaban distribuidas convenientemente para la vida adulta, así que simplemente aprendí a ponérmelo fácil (bendito colecho) y esperar a que se obrase el milagro.
Y se obró.
Mi hija en cambio, ha sido totalmente distinta, su patrón de sueño ha sido totalmente diferente al de su hermano y aunque ha sido muy madrugadora, no me puedo quejar.
En estos mas de 5 años que llevamos adaptandonos al sueño infantil, he aprendido que al final todos duermen en algún momento, que no hay que enseñarles a hacerlo y que la mejor manera de pasar el trago es acompañandoles en el proceso.
A mi el colecho me ha salvado la vida, pero claro habrá padres y/o hijos que no lo acepten por los motivos X que sean, en ese caso tampoco creo que sea lo mejor, pero si es disfrutado por ambas partes, es una experiencia, que además de bonita, puede ayudarte a no morir de sueño o agotamiento.
Los niños no se hacen mas débiles, ni mas dependientes, ni se quedan contigo en la cama para siempre.
Hay países en los que es algo totalmente habitual y la población no arrastra ninguna tara especifica derivada del colecho.
Huye de los productos "milagrosos" para que tu hij@ duerma, si hacen efecto es que no son muy sanos y si no hacen efecto...tampoco será muy sano.
No te dejes influenciar por lo que te cuentan que duermen los hijos de los demás por que el hijo del hermano,del primo del jefe de tu vecino, siempre será mas listo,comerá mejor y dormirá mas horas.
Cuando la gente se empeñe en mejorar tu situación nocturna con el milagro "Estivilista", no te dejes seducir, te harás un favor a ti misma , pero sobre todo, se lo harás a tu hijo.
Los niños necesitan rutinas para sentirse seguros, si, pero a esas rutinas tenemos que adaptarnos todos, no solo ellos.
Yo tengo una vida social bastante escasa por que mis hijos a las 21:30 están durmiendo y a las 07:00 en pié, da igual que sea fin de semana o día de diario y eso  limita un poco.
Pero no importa,  prefiero la estabilidad de ahora, al caos de intentar tener vida social y tener a unos niños llorando por cualquier motivo por que están cansados o que se quedan dormidos en el coche de camino a casa y lloran al sacarlos del coche, meterlos en casa, cambiarlos de ropa, meterlos en la cama...
Ya crecerán y yo podre volver a hablar con alguien durante una cena, mientras tanto me queda la hora del café, el aperitivo, la comida o el paseo de la mañana...la pena es que encuentro poca gente que me pueda acompañar.
Myriam Cabanillas