Toledo es una torre encadenada,
sueño de ayer perenne en roca viva.
Águila prisionera de una oliva,
isla de amor, acacia enamorada.
Tajo de luz, cintura acongojada.
Arco celeste en noche fugitiva.
Ardiente sombra en agua sucesiva
escalando los puentes desecada.
La tarde se despeña caudalosa
entre los cigarrales. Hondo vuelo
adelgaza la nieve en la ribera.
Oh soledad vencida por la espera,
pájaro desvelado que reposa
al fin, umbral inédito del cielo
Matías Rafide. Toledo (1962)