Sueño Stereo

Publicado el 06 agosto 2019 por Zeuxis

Sueño Stereo
Carolina Bustos Beltrán
Bogotá, Caza de libros editores, colección prosas y versos 2014.

Caza de libros editores cuenta con 11 colecciones. Una de estas series se arriesgó por libros hermafroditas. Textos que combinan la prosa, el verso y la música. El libro de Carolina Bustos nos da a conocer 13 relatos. Diez conllevan una proximidad dada por el narrador o por las temáticas y la música. Los siguientes son una serie de suplemento que se nos otorga por haber leído la decena.
Los cuentos no son de fácil lectura. Primero, porque para poder leerlos es necesario cumplir con la lista de canciones que la narradora nos solicita en cada cuento.  Esta Playlist se circunscribe a una colección exótica. Todas las canciones son de Gustavo Cerati. Otra singularidad, es la inclusión constante de versos, fragmentos de canciones y alusiones a cantantes, pintores, escritores y lugares. Los diez primeros cuentos resaltan por la focalización utilizada. A pesar de que la mayoría de los textos están narrados en primera persona el punto de vista es más el de un testigo que el de un protagonista. Lo que asombra sobre todo en esta escritura es la sintaxis que sale de los labios de cada protagonista, el uso que hacen del lenguaje, su forma de expresarse, que deviene de una especie de catarsis onírica.
Este discurso desordenado que consagra los vaivenes del pensamiento no sólo ancla, su virus, en hombres y mujeres derrotados por las oleadas del amor sino que logra consagrar el desmedido interés por los monólogos o los galimatías. Perros, mujeres y hombres que se van desgastando en su propio discurso y que van intentando entender su existencia a partir de una huida, de una situación doméstica, de un delirio sexual o amoroso es lo que nos ofrece Carolina.
Sus precursores podrían ser Salinger o Chaparro, y sus similares Dennis Johnson  o Bilbao. Narrados entre Colombia y Francia, y otros en Norteamérica o Chile, los cuentos de Bustos trasmiten la experiencia de mujeres ahogadas en el arrecife mismo de sus desilusiones, de mujeres desangradas en la sala de emergencia de sus últimas ilusiones o de niñas glotonas logrando su libertad a partir del desenmascaramiento del mundo adulto. Los hombres, son seres perseguidos por sus remordimientos, por sus arrepentimientos amorosos que les hacen ver amantes en cada calle, en cada esquina y que no les permiten ser buenos padres, que los llevan  a una vejez donde el último sueño será siempre la imposibilidad de parir un buen texto.
En CoNvErSaCiOneS SeCrETaS de un Bartleby, la protagonista, una escritora frustrada, nos afirma que su enfermedad implica algo más serio que el sólo acto de no terminar nada de lo que escribe y que es, ante todo, el de sentir repetidamente que lo que hace es un acto inútil. Quizás sea esta la confesión más honesta.
Un libro que rompe con esquemas y que al utilizar una forma contemporánea y veloz, camaleónica y juvenil del lenguaje oral, nos da la pista segura para comenzar a creer que quizás ya hay otra forma necesaria y justa para escribir nuevos libros.