Durante los últimos años he cumplido algunos sueños viajeros como estar frente a las pirámides de Egipto, bañarme en playas paradisíacas en Isla Mauricio, visitar el castillo de Neuchwanstein en Alemania o pasear por la Gran Muralla China, entre otros. ¡Pero tengo más! Es por esto que he decidido hacer una lista con los 25 lugares que me gustaría visitar una vez en la vida. Hay muchos más, de hecho no me importaría coger un avió con cualquiera de los 196 países del mundo como destino pero he hecho un ejercicio de contención... ¿Cuáles son los vuestros?
Las fotos y los vídeos lógicamente no son míos, están tomados de internet.
- Indonesia. Java, Bali y las islas Gili son las zonas más visitadas de este país que me fascina y que tenía que poner en primer lugar sí o sí. Sueño con entrar en el templo de Borobudur, ver Tanah Lot o amanecer ante el volcán Bromo pero Indonesia es mucho más y me encantaría algún día poner los pies en la región de Raja Ampat (noroeste de Nueva Guinea) que cuenta con una biodiversidad submarina única, ideal para una aficionada al submarinismo como yo. Un lugar poco explorado que me genera todavía más curiosidad.
- Myanmar y el valle de las mil pagodas de Bagán. Más de 5.000 templos dorados se encuentran en esta llanura del sudeste asiático llena de campos de cultivo y una espesa vegetación. Ver atardecer desde este punto tiene que ser un momento inolvidable.
- Pasar unos días en alguno de los paraísos como Bora Bora, Seychelles, Islas Vírgenes, Fiyi o Maldivas sin reloj ni móvil ni ningún tipo de preocupación que no sea si me pongo un biquini u otro. ¿Quién no lo ha soñado alguna vez?
- Situarme bajo las torres petronas de Kuala Lumpur de noche. Y de paso visitar otros rincones fantásticos de esta ciudad, como las Batu Caves, una colina llena de cuevas y templos hindúes.
- Pasar tres días visitando los templos de Angkor Wat en Camboya. Me encantaría recorrer el país entero y fascinarme con la amabilidad camboyana pero sobretodo visitar los templos Angkor antes de que estén demasiado masificados para disfrutarlos ya que es la mayor estructura religiosa jamás construida y uno de los monumentos arqueológicos más increíbles del mundo.
- Visitar el Burj Al Arab en Dubai, el hotel más lujoso del mundo. El único hotel del mundo seis estrellas lujo, considerado prácticamente un siete estrellas. No me quiero ni imaginar lo que cuesta una habitación... Así que me conformaría con verlo desde el exterior mientras alucino con los lujazos de este país.
- Volver a China para visitar la región de Guilin y hacer un crucero por el río Li. Además también me encantaría visitar las terrazas de arroz de Yunnan, entre otros lugares que nos quedaron pendientes en nuestro viaje a este enorme y fabuloso país del que guardo un excelente recuerdo.
- Visitar el Palacio de Potala en Lhasa, Tíbet de China. Este templo tibetano que a su vez es la residencia de los Dalai Lama tiene que ser simplemente espectacular y tiene que ser uno de esos lugares en los que se respira un ambiente de tranquilidad y paz que te llena de energía positiva como en pocos sitios.
- Petra en Jordania. Al ver este templo me viene a la cabeza irremediablemente Indiana Jones. Siempre me ha interesado la arqueología y Petra (la traducción es "piedra") es uno de los puntos arqueológicos más importantes del planeta. Pero además, dormir en el desierto de Wadi Rum o flotar en el mar muerto son experiencias que no me gustaría perderme en una visita a este país.
- Visitar el castillo de algodón en Pamukkale, Turquía donde emanan fuentes termales de entre las capas de sal. El paisaje que forman es espectacular y único. Pero ya que estamos en Turquía también visitaría, como no, las formaciones rocosas de la Capadoccia y la capital Estambul.
- Visitar el tori flotante de Miyajima en Japón. Un viaje a Japón, lógicamente, no se puede quedar en la visita de un tori, en general me gustaría disfrutar de un recorrido por todo el país para empaparme del choque y las diferencias culturales de uno de los, supuestamente, países más avanzados del planeta. En un viaje a Japón se deben suceder los momentos inolvidables pero la visita a este tori lo tiene que serlo seguro.
- Visitar la plaza roja de Moscú con el Kremlin de fondo. Siempre me han fascinado este tipo de construcciones tan fantásticas que parecen sacadas de cuentos de hadas. A sus diseñadores y creadores desde luego no les faltaba creatividad ni valentía.
- Maravillarme con los paisajes de película de Milford Sound en Nueva Zelanda. Pocos lugares tienen que ser más puros y bonitos. Visitar un país que tiene más ovejas que habitantes es sinónimo de tranquilidad seguro.
- Machu Picchu, Perú. Poco tengo que explicar de esta maravilla. Seguro que es uno de esos lugares que estarías contemplando durante horas.
- Cataratas de Iguazú, Brasil. Tiene que ser espectacular el ruido del salto de agua de 82 metros de altura y 2700m de anchura de Iguazú. Además, se puede visitar por tierra, aire y agua, así que hay donde elegir, o mejor probar con las tres vistas para poder comparar después.
- Contemplar los paisajes naturales del oeste de Canadá. Paisajes de postal y de película. Y si se tiene la experiencia de poder observar algún oso, sin correr peligro, mucho mejor todavía.
- Ver de noche las vistas desde el top of the rock en Nueva York o desde el Empire States. Habrá quien preferirá una vista u otra, en mi caso intentaría ver las dos para poder decidir después. Aunque sea desde donde sea ver las lucecitas de todos los rascacielos próximos, como hemos visto tantas veces en el cine, seguro que no defrauda a nadie.
- Recorrer la costa oeste de los Estados Unidos en coche, visitando Arizona, el Parque Nacional Yosemite, el Gran Cañón y hacer una parada especial en San Francisco. La imagen del Golden Gate lleva tiempo en mi cabeza y por supuesto no me iría de la ciudad sin haber realizado una visita a la famosa prisión de Alcatraz ni sin haber serpenteado la calle empinada con más curvas del mundo, la Lombard Street. Finalmente me relajaría en Twin Peaks observando toda la ciudad.
El video está cedido por Avis
- Realizar un safari fotográfico por Kenia, Tanzania y acabar relajándome en las playas de Zanzíbar. Ser espectador del transcurso de la vida salvaje en directo, dormir en una tent camp en una llanura escuchando los ruidos de la noche tiene que ser emocionante e inolvidable. Todavía no entiendo como hay gente que en lugar de contemplar la vida salvaje se dedica a matarla, en mi cabeza no tiene explicación posible.
- Ruta en camello y dormir en el desierto de Erg Chebbi en Marruecos. La inmensidad, el silencio, las estrellas y dormir sobre la arena del desierto seguro que convierten una noche cualquiera en una noche muy especial. Cuando visité Túnez no llegué a aprovechar las posibilidades que ofrece un país con una porción tan grande de desierto en su territorio y no viví esta experiencia, así que pienso que puede ser un buen complemento a un viaje a Marrakech.
- Bañarme en la piscina del diablo de la catarata Victoria en Zambia/Zimbabwe. La subida de adrenalina tiene que ser instantánea al bañarte al borde de la catarata viendo y oyendo el agua caer con fuerza 108 metros. Seguro que es otra de esas experiencias inolvidables en la vida. Hay que decir que solamente se puede realizar cuando el caudal de agua es bajo para evitar que la corriente nos lleve. ¿Os animaríais?
- Subir al Preikestolen y Kjeragbolten en Noruega. Preikestolen o "púlpito de roca" es una formación rocosa de 600m situada en el fiordo de Lyse que sirve de mirador. El Kjeragbolten se trata de una roca suspendida a 241m, encajada entre dos paredes de roca sobre el fiordo de Lysefjord sobre la que posan los turistas más atrevidos después de realizar un trekking de unas 3h para llegar hasta ella. Una pasada, seguro.
- Laponia finlandesa en invierno y contemplar el fenómeno de las auroras boreales. Vivir la experiencia de ir en trineo tirado por perros o renos y regresar a la infancia entrando en la casa de Papá Noel son algunas de las experiencias que me gustaría vivir en Finlandia, además de intentar buscar el espectacular fenómeno de las auroras boreales. Te tiene que dejar sin habla.
- Visitar los lagos de Plitvice en Croacia. Lagos, cascadas, zonas boscosas, un lugar ideal para pasear, lástima que no permitan bañarse en sus aguas como sí se permite en el paque nacional Krka al que seguro intentaría acudir en un viaje a Croacia ya tiene los mismos elementos que hacen especial a los lagos de Plitvice con la ventaja de poder refrescarse en sus aguas.
- Visitar Meteora en Grecia, a estos monasterios enclavados en la cima de formaciones rocosas de hasta 600m también se les llama monasterios suspendidos del cielo y se encuentran en el norte de Grecia. Obviamente me encantaría visitar también Atenas con su Partenón y la Acrópolis, Santorini y algunas islas griegas.
Estos son algunos de mis sueños viajeros... ¿Y los vuestros?