El vino tinto ayuda a conciliar el sueño, el vino blanco provoca insomnio, el alcohol favorece las pesadillas… Muchos son los conceptos erróneos al respecto sobre el vino y el sueño. Hoy desde decataencata.com os lo contamos.
Es sabido que quién cena duerme, una famosa expresión medieval, que posteriormente dio título a uno de los discos más risueños del glotón Garfield. Pero, ¿qué ocurre con el que bebe? En cuanto al sueño, el vino es considerado de forma alternativa como un aliado, o por contra como un enemigo encarnizado.Un debate controvertido en el que la opinión de todos es admisible. “El alcohol, en general, no es el mejor amigo del sueño”. Existe un consenso general sobre ello, y el vino no es una excepción”.
Queda claro, pero no obstante, la realidad tiene más matices, porque no todos somos iguales cuando se trata de dormir y respecto al metabolismo. Así, dependiendo del peso, la dieta y la salud general, los efectos del vino no son los mismos según se trate de la persona, debido a un conjunto de factores que van desde nuestra masa grasa, mayor o menor, hasta un enzima responsable de la eliminación (metabolización) del alcohol, más o menos rápida (eficaz) a través de hormonas o por la toma de contraceptivos. La fisiología una vez más es la que manda.
Si al vino tinto se le otorgan múltiples beneficios, especialmente por su alto contenido en antioxidantes, es importante matizar su capacidad para promover el sueño, facilitando la relajación, pudiendo ayudar a conciliar el sueño, sin embargo, tras este primer efecto, interrumpe el sueño REM. No se trata de considerar tomar soluciones drásticas rechazándolo totalmente y con ello el compartir momentos agradables con amigos y familiares.
El vino blanco, enemigo del sueño
Por su composición, y especialmente por su contenido en azúcar, que causará picos elevados de glucosa en sangre, puede provocar despertar nocturno, siendo menos digerible para nuestro organismo y más difícil de eliminar que el vino tinto. Se trata, pues, de una cuestión de equilibrio y moderación, en que el vino blanco se asimilará mejor formando parte de una comida o de una dieta equilibrada.
¿Cómo influye el vino en los sueños?
A pesar de facilitar la conciliación del sueño, el vino es menos favorable para el funcionamiento del sueño REM, cuando se altera el manejo emocional, se genera estrés, causando la noche siguiente un efecto compensatorio. Durante la fase de sueño, la actividad cerebral es clave. El cuerpo está ralentizado, pero el cerebro está más activo que durante el día. Un desequilibrio puede provocar un aumento de la actividad favoreciendo la aparición de pesadillas durante las noches siguientes. Un vínculo causal que no se mide en un solo ciclo, por lo que también influye en la capacidad de recordar más los sueños, con micro-despertares que provocan la aparición de recuerdos de los sueños de la noche pasada durante el día y, consecuentemente, una cierta sensación de extrañeza.
¿Cuál es el mejor momento del día para beber vino?
Los puristas, dirán que ninguno, sin duda, pero cuando nos asomamos a la realidad vital, la mejor hora de consumir vino es con la comida del mediodía, (con el almuerzo), evitando la noche y, siempre con moderación y equilibrio, a sabiendas de que es difícil pronunciarse sobre el momento ideal que se adapte a todos.
Enlaces relacionados :
- El mito del vino y el sueño: ¿realmente duermes mejor con una copita encima? (elespanol.com)
- ¿Por qué cuando tomo alcohol duermo mal? – The New York Times (nytimes.com)
- El alcohol y el cerebro dormido – PMC (nih.gov)
- Alcohol y sueño: todo lo que necesitas saber. Nike ES
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Duendeando – Programa musical de flamenco en RTVE Play Con Jerónimo Maya 22.05.2023
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