¿Sufre tu novela de conclusión precoz? Qué es y cómo combatirla

Publicado el 26 agosto 2015 por Pipervalca

Me he topado con autores que preguntan cuantas paginas debe llevar su novela para que pueda ser considerada atractiva por las editoriales, ya que el temor generalizado es de que si escriben, por ejemplo, una trilogía, y el primer volumen no es un éxito, se pueda obstaculizar la publicación de los dos restantes. Para evitar correr riesgos muchos asumen que condensar toda la trama en un sólo libro es la solución.

Para los obsesionados con el número de palabras, el asunto se convierte en un verdadero problema. Las referencias existentes catalogan y definen una novela de la siguiente manera:

Novela corta (30.0000 a 50.000 palabras)

Novela (Alrededor de 50.000 palabras o más)

Novelette (7.500 a 17.900 palabras)

Para dar respuesta al asunto de si las probabilidades de éxito dependen del tamaño del libro, NO . (Aunque en otros aspectos ajenos a la literatura dicen que el tamaño si importa, jejejeje).

Lo que depende es la calidad de lo que se escribe. Una buena estructura, un excelente argumento y personajes bien caracterizados, entre otros, se complementan para generar un producto digno de leer. Para la muestra, existen excelentes novelas cortas como La Metamorfosis de 152 páginas o Canción de Navidad con 160 páginas, cuya fama, digamos, no reside en las páginas sino en la capacidad de expresar mucho en poco.

Pero volviendo al tema del título, la definición Conclusión precoz la leí por primera vez en un foro donde alguien preguntaba como alargar la trama de su novela, y tiene que ver con el tema Como crear un giro en la trama que he tratado anteriormente.

Sucede cuando un escritor tiene tan presente como se desarrollará toda la trama, especialmente el final, que llega allí antes de lo que esperaba, omitiendo enteramente aspectos de la narración y quedando con un mal sabor de boca. ¿Tendrá algo que ver con lo que siente un hombre que sufre de eyaculación precoz?

Es un error mucho más común de lo que podemos imaginar y da como resultado un producto de poca calidad, puesto que el autor se enfocó en alcanzar la meta y dejó a un lado características básicas como el detalle en las descripciones o en los diálogos. Se preocupó tanto por hacer avanzar a sus personajes hasta la última pagina que creó seres planos y sin vida, un fracaso total de 100 paginas.

Una vez que hemos definido el concepto de Conclusión precoz, pasemos a explicar como evitarla y las posibles soluciones si ya hemos caído en ella.

Lo primero que debe hacer el escritor es, y lo he dicho en repetidas ocasiones, quitarse la presión de encima. No escribir con afanes de publicación o riqueza, pues se pierde el placer que genera sentarse a crear y no se logra un vinculo autor-obra.

En segundo lugar, dedicarle tiempo a la gramática, al estilo y a la ortografía. Se debe aprender a escribir bien y dejar a un lado aquellas nociones básicas que nos inculcaron docentes mal preparados en la infancia. Leer a otros autores para aprender es la solución. Conozco amigos que no leen y se quejan del rechazo de las editoriales. Bien lo dice Stephen King: hay que leer.

Estructura la obra y dale oportunidad a otras tramas secundarias que pueden ayudarte a profundizar personajes que en un principio creíste relleno, pues si te das cuenta, pueden darle forma a los protagonistas y generar uno que otro capitulo interesante.

Diferenciar entre tema, trama y conflicto. El tema es de lo que trata la novela, el conflicto es lo que genera el relato y la trama son las aventuras de los personajes para conseguir lo que quieren. Si las tienes claras podrás enfocarte en cada una y lograr más de lo que esperabas.

Aprender a describir ya sea personajes, situaciones, paisajes. Una buena descripción, ni muy simple o agobiante, puede generar un ambiente adecuado y darle fondo a la trama.

Crea personajes convincentes, con un pasado y un futuro. En una entrada anterior se mostraron algunos ejemplos de personajes que se basaron en personas. No se trata de introducir cientos de personajes con cientos de tramas y que luego pierdas el rumbo inicial. Es pensar que existe alguien más allá de nuestros protagonistas, que conoces perfectamente los gustos y debilidades de ellos para usarlos en cualquier momento. Quien dice que aquel ser repugnante al que todos odian y que siempre está al margen de la historia cambie el rumbo de tu historia.

Si por el contrario ya terminaste de escribir, te diste cuenta que no era lo que esperabas y el final fue una Conclusión precoz, regresa. Busca dentro de la línea narrativa principal un personaje o un hecho secundario que tenga algo de interés y que pueda generar nuevas ideas. Empieza a profundizar más en él para que aporte en la narración y une este material nuevo al que ya posees, ya sea incorporando detalles o nuevos diálogos más completos. Juega con los puntos de vista incluyéndolos como capítulos. Te darás cuenta que, como una sopa, a medida que le agregas va tomando sustancia. Aquí entra en juego la experiencia del escritor.

Para terminar es sumamente importante recalcar que lo secundario nunca puede opacar ni restarle a lo principal. Ambos deben engranar a la perfección.