¿Entrañable homenaje a las supermamas, o sórdida critica a los clichés impuestos por la sociedad a través de los medios de comunicación? Arrojada queda la pregunta, con el fin de llevaros a la reflexión. La portada publicada en el DDT numero 303, por Peñarroya, cuenta con una gran carga emocional. El rostro agotado de la madre, la tiránica actitud de las gemelas, por no hablar de las gamberradas del hijo mayor, o los llantos hambrientos del benjamín de la familia, junto con un caos hogareño, resaltan en contradicción con el idílico mensaje que emite el transistor. Que este esperpentico cuadro familiar, nos haga reflexionar, y nos lleve no solo a compartir las tareas del hogar, junto a nuestras esposas o madres, sino a percatarnos de la silenciosa labor diaria que realizan en nuestros hogares y que apenas tiene reconocimiento. Alabemos sus dotes como madres y arrimemos el hombro, contribuyendo a que nuestros hogares funcionen mejor.
¿Entrañable homenaje a las supermamas, o sórdida critica a los clichés impuestos por la sociedad a través de los medios de comunicación? Arrojada queda la pregunta, con el fin de llevaros a la reflexión. La portada publicada en el DDT numero 303, por Peñarroya, cuenta con una gran carga emocional. El rostro agotado de la madre, la tiránica actitud de las gemelas, por no hablar de las gamberradas del hijo mayor, o los llantos hambrientos del benjamín de la familia, junto con un caos hogareño, resaltan en contradicción con el idílico mensaje que emite el transistor. Que este esperpentico cuadro familiar, nos haga reflexionar, y nos lleve no solo a compartir las tareas del hogar, junto a nuestras esposas o madres, sino a percatarnos de la silenciosa labor diaria que realizan en nuestros hogares y que apenas tiene reconocimiento. Alabemos sus dotes como madres y arrimemos el hombro, contribuyendo a que nuestros hogares funcionen mejor.