Autor: Petros Márkaris
Edición: Ediciones B, Barcelona 2004
«Tras haber sobrevivido al disparo recibido mientras resolvía su anterior caso (Defensa cerrada), el comisario Jaritos arrastra una aburridísima existencia de convaleciente lejos del ajetreo policial. Una noche, mientras ve pasar las noticias por el odiado televisor, una escena lo arranca de cuajo de la mediocre monotonía en que ha caída: en medio de una entrevista, un célebre empresario griego saca una pistola y comete un acto que deja pasmados a todos los televidentes. ¿Por qué un hombre de negocios tan discreto y bien considerado realiza una acción tan espectacular? El instinto del viejo sabueso despierta y Jaritos se pone en movimiento Aunque está de baja y otra persona ha ocupado su despacho en las dependencias de la policía, el olfato del comisario es insustituible para esclarecer un caso cuyas repercusiones aumentan cada día» (de la contraportada).
El comisario Jaritos me cae bien y las novelas que protagoniza me entretienen. Es un tipo normal, alejado del prototipo de poli / detective atormentado que pulula por otras novelas policíacas. Como contrapartida, las novelas de Márkaris son menos oscuras y más reposadas, aunque las tramas tienen interés y la investigación atrapa. Supongo que los lectores griegos disfrutarán más que yo, ya que son novelas con bastantes referencias locales (en este caso, Atenas en plena preparación para los Juegos Olímpicos de 2004). Lo he pasado bien leyéndola.