Gabriel Corte, un novelista preciosista e incapaz de pensar en otra cosa que en sí mismo, la muy católica familia Pericand que "se siente satisfecha al verse al mismo tiempo colmada de toda clase de riquezas materiales y sin embargo tan caritativa", los Michaud que huyen de París a pie porque todo el mundo les ha olvidado, el banquero Corbin que mientras los alemanes desfilan por París tiene como única preocupación cómo evitar que su esposa le descubra con su amante...
Los hechos históricos, revolucionarios etc., sólo hay que rozarlos, mientras se profundiza en la vida cotidiana y afectiva, y, sobre todo, en la comedia que eso ofrece.
No olvidar que al público le gusta que le describan la vida de los ricos.
Nada de cursilerías, contar lo que le pasa a la gente y ya está.
La primera parte, Tempestad en junio (para mí la más brillante) narra la incertidumbre y el éxodo ante la eminente entrada de los alemanes en Paris. Dolce transcurre en un pequeño pueblo donde sus habitantes conviven con el ejército invasor.
Su intención era escribir esta historia en cinco partes. No fue posible.
En una carta premonitoria a su director literario: Querido amigo.... piense en mí. He escrito mucho. Supongo que serán obras póstumas, pero ayuda a pasar el tiempo.
Dos días después la detienen y envían a un campo de concentración. Muere apenas un mes más tarde, asesinada por los nazis.
Y no será hasta 2004 cuando se publique esta obra. Sus dos hijas conservaban el manuscrito. La mayor tardó años en atreverse a leerlo, pensando que se trataba de un diario de su madre.