Suiza es uno de los mayores fabricantes de armas del mundo. Actualmente ocupa el puesto número 13, aunque el comercio de armas es un secreto tan bien guardado como el bancario. Por ejemplo, mucho material de útima generación necesita de componentes fabricados en Suiza pero vendidos como simple material industrial.
Suiza es la cuna del dinero negro. Su bandera está manchada por las toneladas de dinero sucio que guarda en sus bancos, secretos, limpios de polvo y paja. En Suiza nunca pasa nada pues la casa de los ricos. Busca cualquier escandalo, a cualquier dictador y siempre aparecerá la cuenta secreta en un banco suizo.
Suiza es uno de los países más ricos del mundo según su PIB per cápita (séptimo lugar a nivel mundial), que asciende a 67 384 dólares estadounidenses. Diplomáticamente se caracteriza por su política de relaciones exteriores neutral, sin haber participado activamente en ningún conflicto internacional desde 1815 (!500 años!).
Suiza es la sede de varias organizaciones internacionales, incluyendo la Cruz Roja, la Organización Mundial del Comercio y una de las dos oficinas de la ONU en Europa, además de ser sede de la FIFA, máximo organismo del fútbol a nivel mundial, y de la UEFA, mayor ente del fútbol europeo; así como también es sede del COI, máximo organismo encargado de la realización de los juegos olímpicos.
Suiza es la sede principal de más 250 ONG’s internacionales. Muchas de carácter pacifista. Y Suiza ha votado que de Europa quiere saber lo justo: el dinero negro y poco más, apenas algunos ingenieros y otros tantos camareros. A Suiza se la trae floja Europa, los pobres de Europa. De la misma manera que a Eruopa se la trae floja Africa, los pobres de Africa.
Europa está conociendo el sabor del racismo gracias a Suiza. Suiza, madre de la hipocresia de un capitalismo tan salvaje como cobarde que no quiere reconocer que es el causante de la mayoría de las desgracias que ocurren en el tercer mundo.