La primavera no es una época feliz para los neuróticos. Con la llegada de las flores, del polen y de la revolución de las hormonas, también se acelera y se dispara la infelicidad entre quienes tenemos un cable suelto.
Pero eso no nos convierte en enfermos o diferentes; es más hay estadísticas que aseguran que más de un 98% de la población tiene algún tipo de neurosis. Las hay de todos los tipos y cada una es especial; desde el que se obsesiona con un deporte, con un trabajo o un hobby hasta quien necesita provocar un terremoto a su alrededor cada vez que se toma más de un cubata.
Yo misma soy un trastorno andante. Aunque conviene dejar claro que no soy de la que salgo a la calle con un embudo al revés sobre la cabeza, sí que es verdad que me cuesta encontrar el punto medio a las cosas. O me leo siete libros de una tacada o no leo en un mes; o me gusta todo aquello que me cruzo en los escaparates o aborrezco la moda; o amo a mi pareja profundamente o simplemente me irrita todos y cada uno de sus gestos.
Una fascinante y divertida historia sobre la obsesión
Y es por esto que sencillamente me ha encantado el libro de esta semana. Se titula Suma y sigue, de la escritora australiana Toni Jordan y que en España ha sido editado por la anodina Maeva.
Es un libro grande, que trata de una manera fascinante el problema de su protagonista, Grace Vandenbourg, una joven obsesionada con contar todo lo que ocurre en su vida. Pero contar en serio, nada de bromas. Relaciona los números porque lo necesita para sentirse segura. Y le puede poner nerviosa, por ejemplo, que una habitación esté a 24 grados, porque la temperatura ideal debe estar entre los 21 y los 23. Se despierta a las 5:55 a-m, y si por cualquier cosa no lo consigue, se queda en la cama paralizada sin poder reaccionar. Pero a pesar de esto, es una persona inigualable, con una personalidad singular y un sentido del humor que solo se consigue con una inteligencia especial.
Todo el libro es una sátira sobre el respeto a la individualidad. Porque al fin y al cabo ¿que es ser como la media?. Si nos paramos a pensar, la media no significa normal. ¿Por qué?
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Porque la media se obtiene dividiendo el total de algo por el número de elementos que lo componen. Entonces ….. !ajá¡ la media puede ser única. Y por lo tanto, no somos raros ni diferentes, somos excepcionalmente únicos.
- Creerme, este un libro de esos que merece la pena ser leido y que te hace reir y reflexionar a partes iguales. En Inglaterra se ha mantenido en los primeros puestos durante cuatro meses y la verdad es que no me extraña.
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