El PSOE está en disposición de crecer con diversas aportaciones:
Lo que pierda Podemos, que cada día exhibe más sus vergüenzas y debilidades. Lo que se estaba llevando CS con propuestas sensatas y su toque antisecesionista que tanto rédito le da en toda España (aquí el PSOE tendrá que afinar su discurso en Cataluña). Recuperar antiguos votantes socialistas que, desencantados con los vaivenes de Sánchez, se refugiaron en la abstención. Incluso algún voto del PP hastiado con la corrupción y que desea partidos serios capaces de gobernar con acierto y garantizar estabilidad.
La paradoja es que el PSOE ha llegado a gobernar con apoyos heterogéneos y peligrosos mientras que ahora necesita otros asimismo heterogéneos pero de signo contrario y más tranquilos.
Ahí está tu gran reto, Pedro.