-¿Y cómo se supone que hago de zombie?
-Básicamente, un monstruo sin vida, sin alma, ojos muertos, aterrador… ¿Alguna vez tuviste a la Sra. Mullen?
-¿La de inglés?
-Sí.
-Sí. Parecido a ella, pero hambrienta de carne humana…
(Joel Courtney y Elle Fanning)
Supongo que los amantes del cine -y no me arriesgo a extrapolarlo a todas las artes aunque forma parte de la naturaleza humana- tenemos un deje nostálgico que retroalimenta nuestra pasión por éste arte. Y en esta línea tenemos a un realizador/guionista/productor/cabeza pensante como J. J. Abrams que es un tipo que ha demostrado ser un fetichista a la altura de Tarantino, obsesivo por los detalles, por las referencias, generador de un cine comercial destinado a un público potencial sin perder sus detalles de autor, como guiños en forma de recompensa al espectador más atento. Despues de la revitalización de una de las sagas espaciales más importantes con la estimulante“Star Trek” (J.J. Abrams, 2009) mucha gente se apresuró a llamarlo el digno sucesor de Spielberg. Supongo que se lo tomó muy en serio ya que la siguiente película que ha hecho es un desfile de homenajes al “rey midas” inabarcable, un deleite en cierto sentido para todo aquel que, como yo, creció en los 80 y 90 con películas como “Los Goonies”, ”E.T.” o “D.A.R.R.Y.L”.
Y es que “Super 8″ (J. J. Abrams, 2011) nos cuenta la historia de un grupo de amigos, que pasan sus ratos libres realizando cortos, y que por avatares de la vida, se ven implicados indirectamente en el descarrilamiento de un tren militar que lleva una cuantiosa, y peligrosa, carga. Los tintes spielbergianos son latentes en esta pequeña sinopsis ya.
Primeramente me gustaría destacar la recuperación de los niños como ejes centrales de una aventura de estas características, de tintes adultos, en la que tanto niños como mayores puedan encontrar su hueco. Una completa ambivalencia en cuestiones de audiencia. Un estilo marcadamente ochentero que creó escuela y por extrañas razones, parecía extinto. Este es un ejercicio que ya vi hace relativamente poco en una delicia de película de animación llamada “Monster House” (2006) que recomiendo desde YA, en el que se rescataba de forma sublime la aventura, la emoción, el humor y el misterio de estas películas de antaño. Volviendo a la película que nos ocupa, lo cierto es que la parte actoral cubre con creces, brillando con luz propia la debutante Elle Fanning (mucho mejor que su hermana para mi gusto), como partenaire de Joel Courtney, que sabe afrontar con aplomo el peso importante que recae en él, secundado por un correcto Kyle Chandler como su padre -un tipo que no veía desde esa serie del plus en la que él era protagonista y cada dia recibia la visita de un gato que le traia el periodico del dia después, ¿nadie se acuerda? -.
El guión, escrito también por Abrams, es muy encomiable tanto por la agilidad de sus diálogos como por su capacidad de sintesis justa y necesaria, pero tiene ciertas fisuras. En su primera mitad consigue introducirnos con inusitada pericia en todo este universo de gusto añejo, y a todo un collage de personajes que, con un par de pinceladas, logra ubicar fluidamente, recuperando los clichés del género de forma virtuosa: desde el sheriff atormentado al borracho del pueblo, el militar malvado, el amigo gordo, la chica con problemas y un adolescente pasado de rosca en busca de sexo. Se nota una disección milimétrica con las intervenciones de cada uno de ellos, cuidando absolutamente el tono y el crescendo que una historia de este tipo merece. Su segunda mitad, por la contra, es donde más se resiente, pues ni el misterio ni la emoción de la aventura que imprimen no estan a la altura de las expectativas y quedan a medio gas, la sensación de peligro nunca se hace del todo latente, el enigma se desentraña insatisfactoriamente y por lo tanto la emoción se resiente.
Creo que el principal problema es su duración, hay una descompensación tremenda entre la introducción de los personajes y el desarrollo del conflicto y su conclusión. Esta película necesitaba media hora más -por decir algo- un tiempo que se podria haber aprovechado para no finiquitar tramas secundarias -como la de los militares- de un brochazo y haber dado un poco más de tiempo al desarrollo de los acontecimientos.
SPOILERS:
Muchos han tachado de infantil la resolución pero ciertamente, acabarla de otra manera no habria hecho justicia al tono ejercido durante el resto de la película. Sin embargo, yo tampoco encuentro satisfactoria la conclusión, no por lo qué pasa sino por como pasa. Me explico: esa especie de climax entre el chaval y la criatura es muy perezoso, demasiado facil, e incluso abrupto. Particularmente ni siquiera me gusta la criatura, el uso de un monstruo gigante ha sido demasiado recurrente ultimamente y esperaba algo un poco más trabajado, más sutil, no se si me explico.
Otra de las cosas que más disfrute fueron, tras los créditos, donde vemos los frutos de ese corto amateur que ruedan el grupo de amigos, que es toda una declaración de amor al septimo arte, y me atreveria a decir un guiño autobiográfico (qué diablos, hasta yo he hecho cortos en mi adolescencia jajajaja).
FIN SPOILERS.
En definitiva, “Super 8″ es una película que sabe trabajar muy bien su mejor baza, que es la recuperación de un estilo, una inyección de buena nostalgia que es a la vez la originaria de su principal defecto, pues no se erije como una película con identidad propia, sino como una película que en su afán por no decepcionar a los nostálgicos no se ha atrevido con nada nuevo, y se ha quedado en un relato mayormente emocionante, pero lamentablemente no todo lo satisfactorio que cabia esperar.
Para leer la ficha de la película, pincha aqui