Dos niños leen cómics en la calle. Uno de ellos está inmerso junto con Batman en una pelea complicada en un almacén del puerto con unos gansters de la Mafia Rusa que intentan colar una partida de droga en la ciudad. El otro crío ayuda a Lobezno junto a los X-Men con una invasión alienígena comandada por Magneto. En un momento dado, uno de ellos le pregunta al otro: ¿te imaginas una mezcla de Batman y Lobezno? La imaginación se les dispara y juntos sueñan con los poderes o posibilidades de la mezcla.
Eso es exactamente lo que hicieron Marvel y DC a finales de los años 90, jugar a ser niños jugando a imaginar como resultaría mezclar a sus correspondientes personajes franquicia. Su aspecto, poderes e incluso enemigos. Batman con Lobezno, Superman con el Capitán América, Tormenta con Wonder Woman, Iron Man con Green Lantern…. Jugar, soñar…. ¿no es eso una de las partes más importantes, si no la que más, del cómic? Para la ocasión, en 1996 se sacaron de la manga Amalgam Comics, una marca bajo la que editaron una veintena de títulos con las cabeceras de esas Super Mezclas. Todo un placer para la imaginación.
A ver si ahora alguien se le ocurre juntar a Don Quijote con Romeo, o al Capitán Alatriste con Sherlock Holmes.