Hijos, hijas o lo que es lo mismo esos pequeños seres que entran en la vida de uno y se quedan para siempre. Uno deja de hacer aquello que estaba acostumbrado para centrar parte de su atención a los pequeños gestos que el nuevo ser que está a tu lado realiza. Día a día, ves cambios, de hecho muchos más de los que se puede llegar a pensar en un principio. Y por ello uno entiende que se ha estado equivocado durante mucho tiempo.
Uno de esos pequeños logros es observar como un ser de pocos meses empieza a hacer esfuerzos por mover sus pequeñas extremidades. Al principio esos movimientos son espasmóticos, no coordinados y algo bastos. El cerebro no atina a coordinar esa orden dada con la precisión exacta de ejecución de movimiento. Y aunque parezca algo no necesario, los ánimos dados por el adulto motiva al pequeño o pequeña ha seguir intentando con esta compleja tarea.
Poco a poco, mes a mes y tras muchas babas vertidas por las dos partes, te fijas que aquel retoño te mira y levanta las piernecitas. Su cara de felicidad es inusual, algo desproporcinado a la gesta realizada. Pero da igual, en nuestra tez se dibuja una sonrisa, algo que el o la pequeña recibirá con gratitud, como si todo aquel pequeño esfuerzo estuviese pagado con tan simple gesto. Tan simple, pero de un importancia tal que será la que motive a este complejo ser a continuar proseguir consiguiendo con sus metas.
No quiero hablar de desarrollo motriz, aunque esto me haya servido de introducción, no. En cada una de las acciones hay algo que el o la bebé realiza y que nosotros “estúpidos” adultos hemos dejado de hacer. Casi sin darnos cuenta hemos dejado de satisfacernos cuando algo dificil es superado, ya no existe ese espíritu que llevaba a algunos a pasarse videojuegos en situaciones no pensadas por el programador.
- El inicio del fin
Utilizar solo una vida, pasarse un juego a cuchillo, buscar mejorar el tiempo de superación de una fase, conseguir el 100% de un RPG o JRPG. Actos que ya no convencen, que ya no llaman a los jugadores porque a veces no existe la “merecida” recompensa. Nos han insensibilizado, a unos más que otros, pero nos han capatado esa habilidad para sentirnos orgullosos de nosotros mismos. Trofeos, Logros y recompensas han sido las causantes de que poco a poco éste hito vaya mermando nuestra capacidad de superación.
En su día fui un defensor de dicha aportación al sector, me parecía muy acertada, de hecho inicié piques con amistades – intentando que fuesen siempre sanas – para acumular la mayor cantidade de logros o trofeos. Aquella me divertía, exprimía los títulos como hacía años que no ocurría e incluso tras momentos de silencio entre una conversación una canciocilla en modo de sorna repicaba en mi orgullo – mi compañero ha conseguido otro logro y yo aquí haciendo en panoli.
- El logro sería llevar todo eso encima en la vida real
Un error, eso es lo que fue, no las horas de diversión intentando superar a algunas amistades porque se grabaron en nosotros a fuego. Sino la relación causa – efecto por hacer saltar ese logo en nuestras pantallas. Ya que hay que reconocer que salvo algunas acciones puntuales, los mal nombrados logros no lo son tanto. Mi hija, la cual antes era objeto de descripción, llega a emocionarse realmente por acciones que le suponen un reto. A mi un logro, es hoy por hoy un molesto logo metido en mi pantalla que no necesariamente me colma de satisfacción.
Y es que esto ha derivado
Estas acciones no son nuevas, aunque las consecuencias son totalmente diferentes. Antes como mucho se daba un elemento, un objeto diferente que hará que la siguiente vez el juego tome otro color. Éstos en ocasiones debloqueaban otros finales, la motivación suficiente para muchos para volver a empezar por enésima vez las fases de ese juego. Hoy también se rejuegan los títulos, en nivel dificil, extremo, infermal o locura para conseguir hacer saltar en nuestras pantallas el aviso que nos cataloga como jugador “hardcore”.
Creo que se ha perdido una oportunidad única, esto podría haber sido una forma de incentivar a los jugadores para conseguir premios, puntos canjeables, finales alternativos o rankings mundiales donde el tener “ese” logro sea realmente premiado por la comunidad. ¿Quién no reconoce que el Logro “Club de Ligue Aereo” es realmente algo digno de mención?
Mi hija, sigue dando pasos hacia adelante, sorprendiendose y alegrandose por cada una de las metas conseguidas, sin esperar nada a cambio, sólo una sonrisa tierna y amable por parte de sus padres. Tan simple, tan fácil, la satisfacción real ante todo ese esfuerzo personal. Ella día a día busca la superación, algo que le haga llegar un poquito más lejos. Quizás ahora me toque a mí jugar por jugar, disfrutar de ese hecho sin estar pendiente de aquellos añandidos que nada aportan.
- Ellos son más listos que nosotros, no lo duden
Logros, trofeos y recompensas