Se sabe que tener un hermano/a constituye un factor de protección ante los problemas de la vida, ya que es alguien en quien confiar, que nos comprende y que nos da su apoyo. De todas maneras, durante los primeros años de convivencia el hecho de tener un hermano puede resultar un factor muy estresante para cualquier niño porque su vida cambia sustancialmente.
La llegada de un nuevo miembro a la familia supone un gran cambio para todos. Los papás están más atareados y cansados y el niño/a ya no concentra toda la atención de sus padres.
Este factor estresante generará emociones ambivalentes: le quiere (porque es su hermanito, porque pueden jugar juntos, etc.) pero no le quiere (él ya no es el único, sus papás deben compartir su tiempo…). De todas maneras, la llegada de un hermanito es una gran oportunidad para su fortalecimiento y con algo de ayuda pronto podrá superar esta etapa de celos infantiles.
El origen del conflicto está en la competencia por el amor de los padres, y para mantener ese amor el niño siente que debe reafirmar su identidad y su propia existencia: necesita demostrar quién es y lo que vale, algo que sin duda beneficia a la formación de su carácter y personalidad. Esta reafirmación se suele expresar en forma de rabietas, gritos y llamadas de atención. De hecho, los celos son algo natural, por ello no debemos reprimirlos. Sin embargo debemos poner límites dejando claro lo que podemos tolerar y lo que no, especialmente si existe algún comportamiento agresivo hacia el pequeño, algo común cuando los celos infantiles son muy intensos.
Para favorecer la superación de los celos debemos demostrar tanto con palabras como con hechos que les queremos igual a ambos y que les daremos el mismo cariño.
Al interiorizar esta idea el mayor entenderá que no tiene por qué sentir celos ya que no se trata de una competición por el amor de los padres ni de una pérdida de éste, sino de una ganancia a todos los niveles: más diversión, más cariño para dar y recibir, más aprendizajes, más autonomía… Además, el hermano mayor pronto se convertirá en un ser idealizado por el pequeño, y eso sin duda le llenará de satisfacción y fortalecerá el vínculo entre los hermanos.