Guionista: Mark Millar
Dibujo: Dave Johnson, Kilian Plunkett
Tinta: Andrew Robinson, Walden Wong
Color: Paul Mounts
Editorial: Planeta
Número de páginas: 160
Sinopsis: Este cómic es un gran "what if", es decir, "qué hubiera pasado si". Superman ha caído en la URSS y no en EEUU, y le han criado unos granjeros ucranianos. Cuando crece, se pone al servicio de Stalin. ¿Será Superman el arma definitiva para inclinar la balanza de la Guerra Fría?
Tras esta interesante premisa, que, honestamente, me atraía muchísimo, hay una historia plenamente política, lenta, bastante sosa y desaprovechada. Reconozco que en cuanto le meten política a una historia de ficción corren el riesgo de perderme como fan, me suele aburrir bastante, pero en este caso no ha sido únicamente eso lo que me ha decepcionado.
Es, como digo, una historia interesante, una visión no retorcida, pero sí diferente de lo que podría haber pasado si Superman hubiese sido criado como un camarada y bebiese vodka junto a Stalin. Veremos aquí a los iconos de DC de forma diferente: Batman, Wonder Woman e, incluso, Green Lantern.
No soy una gran lectora de cómics de grapa, lo que quiere decir que no sigo las aventuras de estos personajes, que no los conozco en profundidad y que únicamente conozco lo mismo que todos gracias a la cultura popular. Supongo que en el caso contrario, es mucho más interesante leer esta historia.
Está estructurado en tres partes diferenciadas: Amanecer, Auge y Caída del Hijo Rojo. No he notado realmente que haya una diferencia notable en cuanto a ritmo en ninguna, son bastante estables, no hay bajón ni crescendo, y no sé si esto es bueno o malo.
Aunque Mark Millar intenta darle al comunismo un tinte no americanista, hacia el final se le escapa un "Estados Unidos es mejor que todos los demás", un patriotismo exacerbado, una exaltación a USA que, a mi juicio, le corta bastante las alas a esta historia. Precisamente lo que más me estaba gustando era que no ponían a los rusos como los malvados comunistas infectos y a los estadounidenses como los salvadores del mundo. Hasta la tercera parte.
Y el final. Decepcionante como poco, anecdótico casi, un final de chiste para una obra que daba mucho más de sí. ¿En serio? ¿En serio? No, lo siento, pero sin esas dos páginas del final o con otra explicación... habría ganado puntos.
En cuanto al dibujo, nada a destacar especialmente, realista, detallista, pero sin ser nada del otro mundo. Acorde con la historia, supongo.
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