Supermán Ruiz-Mateos ha vuelto a las andadas

Publicado el 29 marzo 2011 por Rgalmazan @RGAlmazan

Ruiz-Mateos y su familia siempre han presumido de ser del Opus Dei, de ser religiosos, de ser caritativos y de ser solidarios. En cualquier entrevista que le hayan hecho al gran patriarca, siempre le oirán invocar a dios, a su santa madre y a todos los santos. Siempre ha presumido de ayudar a los demás con sus empresas, de crear puestos de trabajo y de que muchas familias viven gracias a él. El gran empresario.

Pues ya me dirán, empresarios como este tipo mejor que no existan. Su religión, al margen de darse golpes de pecho, ha sido obtener beneficios, y su pertenencia al Opus Dei le ha ayudado a conseguirlo. Este hombre cuya fortuna viene desde finales de los sesenta, ha sido tan buen empresario que tuvo que ser expropiado para evitar una catástrofe mayor en 1983, y así poder poder salvar gran parte de los 65.000 puestos de trabajo de su holding, RUMASA, con dinero del contribuyente, puesto que el Estado recogió la gran mayoría de sus empresas en situación de quiebra y las saneó hasta volverlas a vender o liquidarlas.

Bueno, pues después de pasar una temporadita a la sombra, vuelve a salir, y  se dedica a montar numeritos como el de aparecer vestido de Supermán, o el del puñetazo que le metió a Boyer, el famoso “que te pego leche” y le dio. Todo como protesta por su expropiación. Es más, fabricó un partido político a su medida y consiguió dos escaños en las elecciones europeas de 1989.

Sus demandas contra el Estado no prosperaron pero como su patrimonio personal quedó intacto –las deudas de RUMASA las adquirió el Estado al expropiarle--, empezó de nuevo hasta llegar a construir otro holding, Nueva Rumasa, formado en gran parte mediante la emisión de bonos de 50.000 euros, en la que muchos incautos avariciosos, al albor de una promesa de interés del 8 al 10%, picaron, sin que desde el Banco de España o del Ministerio de Hacienda se le prohibiera hacerlo.

Hoy vuelve a tener problemas parecidos a los de antaño. Este nuevo holding cuenta con 16.000 empleados que ven como el empresario gaditano ha vuelto a jugar al palé con ellos, peligrando en este momento sus puestos de trabajo. Y ahí está con gran parte de sus empresas en concurso de acreedores, en situación de suspensión de pagos o en quiebra. Y vuelta a las andadas. Otra vez, los trabajadores, los proveedores, (los socios capitalistas que le compraron esos bonos lo tienen merecido por avariciosos) y todos nosotros --puesto que al final será dinero público el que pague indemnizaciones y las contribuciones de desempleo correspondientes--, a pagar sus desvaríos.

Una familia que en nombre de la fe, pretendía llevar la obra de dios en la tierra –palabras del mismo personaje— y que ha acabado con el trabajo y la ilusión de decenas de miles de españoles, sin que por ello haya salido perjudicado en su patrimonio personal, que siempre ha mantenido a buen recaudo. Hoy está imputado de nuevo por tres delitos fiscales, aunque me temo que con esta justicia tan laxa en estos casos, dentro de poco, pretenda poner en marcha su tercer imperio, como si nada hubiera pasado.

¿Alguien me puede explicar por qué este tipo no está en la cárcel? ¿Por qué puede permitirse el lujo de hacer y deshacer empresas, conservando su patrimonio, y jugando con sus empleados, proveedores y el dinero público? ¿Es posible que un peligro de tal tamaño pueda campar por sus lares haciendo y deshaciendo? ¿Es este el prototipo de empresario que pontifican los neocon?  ¿Poder hacer estos desmadres empresariales entra dentro de lo que es la libertad de mercados? Después de la primera quiebra, ¿cómo es posible que este individuo pueda llegar a la segunda, sin quebranto personal alguno y pagando sus caprichos este Estado que tanto desprecia?

Que se vista otra vez de Superman y que se vaya a trabajar a un circo, que seguro que se le dará mejor. Al menos hará menos daño.

Salud y República