Para su 3er. disco, y con el grupo en situación catatónica, la apuesta era a todo o nada. Supertramp terminó por otro lado de fraguar la considerada formación clásica histórica, aquella compuesta por Bob Siebenberg a la batería, John Helliwell al bajo y Dougie Thomson al bajo.
El resultado sería uno de los discos más valorados de la era del rock sinfónico y también de la historia de la música en general; el disco que muchos consideran la mejor entrega de Supertramp de todos los tiempos, el lp “Crime Of The Century”. Y es que en realidad el quinteto consiguió conformar un disco muy compacto, de 8 canciones realmente maravillosas, sin que exista un solo segundo anodino o no válido. Una genialidad con la que el grupo comenzó a labrar su leyenda y que a la par es la propuesta musical semanal que desde aquí les realizamos.
Escuchar en los primeros segundos esos sonidos lejanos de armónica, tan reconocibles a la larga en la discografía de Supertramp, que nos introducen en “School”, es una forma casi inmejorable de iniciar la escucha del álbum. En este tema de tintes melancólicos, Roger Hogdson es quien se encarga de otorgarle la voz, con alguna salvedad puntual en forma de réplica de Rick Davies. Hay un solo de piano acelerado en mitad de la canción que es una maravilla. El tema poco a poco va ganando intensidad en un desarrollo perfectamente medido. Gran tema este “School”, y muy valorado por los seguidores de Supertramp a la larga, pero será en el 2º lugar donde accedamos a uno de los temas que tuvo su protagonismo individual a la hora de dar fama a la obra. “Bloody well right”, con Davies encargándose de la voz cantante, es un ejercicio de virtuosismo a los teclados, mezclado a la perfección con secciones de viento, que en definitiva conforma un ejercicio excelso de mezcla entre rock y jazz. Por otro lado, esta “Bloody well right” ofrece quizás el momento más animado y pop en el sentido de la alegría y desenfado que transmite, sin olvidar el próximo pasaje que nos otorgará “Dreamer”. Una de mis preferidas del disco es la emotiva “Hide in your shell”. Destacan principalmente esas secciones de saxofón tan embriagadoras a cargo de John Helliwell en su estribillo. No obstante, esta “Hide in your shell” tiene una melodía muy delicada, cosa que se puede apreciar en los inocentes teclados que utiliza. Una preciosidad oculta dentro de esta obra, a la sombra de los grandes clásicos que destacan más allá como son “Dreamer” o “Bloody well right”. Llega “Asylum”, un tema con una estructura de arranques y paradas, y con un Rick Davies realmente entregado, aportando momentos al tema de bastante fuerza y entrega.
Ya desde la portada, con esa reja carcelaria y las manos del preso sujetándola férreamente, perdida en la inmensidad del universo, se intuye que el disco en su interior guarda algo importante. No fue para menos. En el apartado comercial el disco funcionó realmente bien y también por ejemplo “Bloody well right” en formato single fue bastante celebrado. A la larga y quizás junto a “Selling England By The Pound” de Genesis y “Dark Side Of The Moon” de Pink Floyd, “Crime Of The Century” marcó una época.
El 3er. disco de Supertramp permitió al grupo sobrevivir y yendo más allá conseguir un notable éxito, el cual se mantendría de aquí en adelante con entregas tan potentes como “Even In The Quietest Moments…” o “Breakfast In America”. El siguiente trabajo sería “Crisis? What Crisis?”, que si bien no llega a los niveles de excelencia de la obra hoy propuesta (de hecho solamente tengo dudas con “Even In The Quietest Moments…” dentro de la discografía del grupo para igualar a “Crime Of The Century”), mantuvo el tipo y ofrecería alguna que otra joya como “Another man’s woman”.
“Crime Of The Century” es uno de esos discos que siempre aparecerán en las listas de los 100 o 1000 discos que hay que escuchar en vida o cosas por el estilo. Y si aparece es con una razón aplastante. No solamente sea quizás el mejor trabajo de la banda por entonces comandada por Roger Hogdson y Rick Davies, sino que además es uno de los trabajos más representativos de su época y estilo. Quizás a ratos, para el público generalista, sea una obra complicada, pero también ofrece otras composiciones como “Dreamer” o “Bloody well right” que son fácilmente asumibles por cualquier persona de a pie. Si no lo conocen espero que les guste y si ya lo han escuchado, cualquier día o época del año es buena para recuperar su audición.
En parte este post tiene algo de nostalgia por más o menos cumplirse en estos días un año de la 2ª y última vez que pude ver a Supertramp en directo. El concierto terminó de forma aplastante con la ya comentada canción que da título al disco de esta semana y que también cierra la obra; como ya les expliqué en la crónica de aquel concierto, no se imaginan las sensaciones que puedes experimentar escuchando esa melodía final tras un directo de 2 horas de la banda. Sin palabras. Por hoy, confórmense con escuchar esas notas en su toma de estudio.