Suplencias

Publicado el 03 noviembre 2011 por Carmentxu

Hace ya varios días que oro a todas horas, valga la redundancia. Oro para que el presidente de mi mesa electoral, donde concentraré mi indignación en formato papel (quedan 17 días) acuda a su puesto. Soy la primera suplente de la presidencia y, si él o ella se escaquean, seré yo la que pringue allí todo el santo día y haga frente a unos resultados que, presiento, no me van a gustar y, lo que es peor, me van a decepcionar. Luego tendría que ir no sé dónde a llevar los resultados y demás papeleo. A cambio, recibiría 62,61 euros en concepto de dietas, que no compensan ni de lejos el suplicio del día. Pero ahí están, a lo bruto.

A mí no que, afortunadamente, octubre me ha perdonado., aunque ayer a última hora, ya de noche por el cambio horario, vi hasta las amígdalas de la besia mientras abría sus fauces ante mí. Le vi hasta las Pero esos algo más de 60 euros que, para mí, son un pequeño complemento a mi sueldo mensual, podrían ser mucho para cada vez más personas. ¿Por qué no escogen a los integrantes de la mesa electoral entre los millones de parados que hay, que van en aumento, como en una conga maldita a la que cada vez se suman más? No me niego a cumplir con mis obligaciones democráticas. Apenas protesto. No, no es eso, aunque sea un engorro, también mental, dado el panorama que se presenta. Creo que hay mucha gente a la que ese dinerito le vendría de perlas, que lo necesita más que yo. Se acerca Navidad y a los Reyes Magos les ayudaría muchísimo el soniquete de esas monedas a encontrar todos y cada uno de los hogares a los que acostumbraban a ir cada año. Además, no quiero que ganen los buenos. Quiero que, por una vez y contra todo pronóstico, ganen los indios.