Supongo

Por Siempreenmedio @Siempreblog

!Buenos días mundo! Es lo primero que se me pasa por la cabeza al abrir los ojos, mirar al techo, descorrer las cortinas en esta habitación de hotel de segunda. Se ve el mar al fondo. Echo de menos mi casa y mi manta, el ruido de las pequeñas pisadas en el pasillo, saludando a la mañana: “hay que aprovechar el día papá“, el aroma al pan caliente del desayuno, a las tortitas, al café recién hecho, a las flores en el paseo matinal del perro, al agua cayendo en la ducha y al olor del gel de baño mezclado con el vapor de agua.

Pero no. Sólo percibo un techo blanco, o amarillento, unas cortinas mugrientas y el mar, al fondo. Unas barcas y las nubes apelotonadas unas contra otras, huyendo quizá de un sol por venir.

Anoche algunas cervezas de más, algún bocado de más, algún comentario de más. Esta mañana, una lista de cosas por hacer, de llamadas por contestar, de enigmas por resolver, de música por escuchar, de páginas por leer y de recuerdos por recordar.

Y mientras, mientras, mientras los platos de la balanza luchan por equilibrarse entre unas cosas y otras, sólo queda el optimismo, el mirar con buen humor; y donde hay nubarrones ver fresca mañana húmeda, y donde añoranza solo ver deseo de reencuentro.

Y donde me pudo pasar por la cabeza un “otra mierda de mañana igual” me ha pasado un “¡buenos días, mundo!”. No todo está perdido, supongo.