Sur de india: conociendo kanchipuram y mahabalipuram, día 2

Por Trotaburgos @trotaburgos

Salimos fuera y vemos a un chico con mi nombre. Vamos con él y llega un chico jovencito vestido de blanco y que va a ser nuestro conductor. Se llama Sabeer. El primero que nos recibe no nos ha gustado mucho, parece muy mafioso. Nos dice que cuando lleguemos a la primera ciudad, Kanchipuram, los templos estarán cerrados y que cierran de 12:00 hasta las 16.00 horas. Hay 2 horas de coche hasta llegar allí y más tarde otras 2 horas hasta Mahabalipuram, donde dormiremos. Le decimos que no pasa nada, que entonces veremos los templos a las 16:00 horas y mientras hacemos tiempo. También le comentamos que queremos cambiar dinero. Nos dice que nos lo hace él pero no nos gusta el cambio. Al final se marcha deseándonos una buena estancia en India y nos quedamos con Sabeer.

Metemos las mochilas en la parte trasera del vehículo y nos montamos. Es una furgoneta grande, tiene 12 plazas, así que vamos súper cómodos. El aire acondicionado hace que nos olvidemos de lo que hace fuera.

Antes de nada situaros donde estamos. Nos encontramos en el Estado de Tamil Nadu, al sur de la India, que significa tierra de los tamiles. Su capital es Chennai, antiguamente llamada Madrás. Es la cuarta ciudad más grande de la India, con unos 65 millones de habitantes. El estrecho de Palk separa este estado de Sri Lanka. Su lengua oficial es el tamil, uno de los idiomas más antiguos de la India, ya que se sabe que existe hace más de 5000 años. Se hablan otros idiomas, como el sánscrito.

Se nota que estamos en Asia, tráfico caótico y gente por todas partes. La primera parada en una oficina de cambio. Después de algún regateo conseguimos cambiar a 67 Rs (rupias) 1€.

Al lado vemos una farmacia, por lo que aprovechamos a comprar repelente de insectos. Se llama Odomos y es en crema. Bote de 100 gr. 87Rs. El precio viene marcado en el envase. Preguntamos por un afterbite, pero no tienen.

Nos volvemos al fresquito de la furgoneta sorteando a alguna que otra persona pidiendo o intentando vendernos algo. Sabeer habla bien inglés, aunque no es muy hablador, si que nos va comentando alguna cosa que vemos de camino.

Muchas motocicletas, autobuses llenos de gente que no se sabe cómo pueden seguir funcionando, o gente cruzando por cualquier sitio, hacen que la velocidad media sea muy baja. Ver motos con 3, 4 y hasta cinco ocupantes en ellas sorprende y los niños nos saludan al vernos.

A las 13:30 horas llegamos a Kanchipuram. Sabeer nos pregunta unos kilómetros antes si queremos comer. Le decimos que si y nos para en un hotel. Le comento que queremos un lugar local, ante su cara de sorpresa continua hasta el meollo de esta pequeña ciudad.

Kanchipuram es una de las cinco ciudades que representan los cinco elementos en la mitología hindú: viento, agua, fuego, tierra y espacio, y además una de las siete ciudades sagradas de la India. Cuenta con la particularidad de que es la única que es sagrada a Shiva y a Vishnú. En esta ciudad se llegaron a construir más de mil templos y en la actualidad existen 108 del shivaísmo, 18 vishnuítas y 2 dedicados al jainísmo.

Nos indica un restaurante local que no tiene mala pinta, se llama Saravana Bhavan Hotel Restaurant. Es grande y no hace más que entrar y salir gente. Pedimos thalis, es uno de los platos más típicos de India y concretamente del sur. Se podría describir como un plato combinado indio.

Se sirve en una bandeja redonda, normalmente de acero inoxidable o aluminio, donde se colocan en pequeños cuencos los diferentes platos sobre una hoja de banana. Un thali básico siempre lleva el indispensable dhal (lentejas), algunas verduras y pan que puede ser chapati o roti, la típica tortita crujiente de harina de trigo sin levadura que los indios utilizan para llevarse la comida a la boca. Normalmente en los restaurantes populares puedes elegir la composición del thali, simplemente vas incorporando los diferentes platos a tu bandeja. El thali puede incluir arroz, patatas, diferentes verduras al curry y también algún encurtido, "chatni". También se añade yogur, que ayuda a refrescar el paladar al final de la comida tras la sesión de diferentes picantes.

Pedimos 5 para los 6, hay que pagar a la entrada y cuestan 125 Rs cada uno. Te sirven jarras de agua, pero como que va a ser que no, por lo que pedimos unas botellas de agua fría embotellada (25 Rs botella de 1 litro). Somos los únicos extranjeros, por lo cual, somos el foco de todas las miradas. Nos empiezan a traer los thalis y nos explican como comerlo. Incluso se levanta alguna persona de otra mesa.

Lo primero sacar todos los cuencos metálicos y una vez vacía la bandeja, echamos en ella todo el arroz. Lo siguiente echar el dhal, después otro cuenco con verduras y una especie de sopa, todo ello bastante picante. Se va comiendo y echando más. Hay otro cuenco que es más dulce y no pica y otro que lleva remolacha y tampoco pica. Vamos degustando todo, entre ufff como pica y espera, que dice el chico de la otra mesa que echemos esto o lo otro, jajajjaja.

Una señora al marcharse también se acerca para darnos alguna clase, eso sí, siempre hablando y mirando a las chicas. Acabamos con el yogur, es bastante ácido y nos aconsejan echar sal o azúcar. Hay otro cuenco con leche ácida también que vamos alternando según comemos para rebajar el picante. Los platos son contundentes y nos sobra comida. Con 4 para todos hubiésemos tenido.

Salimos y nos vamos a dar un paseo para estirar un poco las piernas después de tanto viaje. Callejeamos y entramos en una calle que parece un mercado. Gente vendiendo de todo, desde frutas a juguetes.

Llegamos a lo que parece la estación de autobuses. Solo quedándote en un sitio fijo y observando todas las idas y venidas de la gente podría servir para escribir un post. No vemos turistas por ninguna parte, somos los únicos. Así que podéis imaginaros que no pasamos desapercibidos. Tenderos que nos gritan para que les hagamos una foto, otros que hagamos una foto al niño, otros que nos enseñan lo que venden para que compremos....

Buscamos un sitio para tomar un té, pero son tantas las escenas que pasan a nuestro alrededor que continuas andando y fotografiando. Al final nos paramos en un garito que el chico ha sido muy majo. Nos hace todo un recital de preparación de té al más puro estilo tradicional. Tirando el líquido de vaso a vaso desde el aire y mezclándolo con leche de búfalo de un perolo donde está hirviendo con toda la nata por encima, que me hace revivir la infancia, cuando tomábamos leche natural. Muy bueno, aunque fuerte para los que no les gusta la leche "de verdad". 42 Rs los 6 tés.

Vamos regresando y viendo como las vacas siguen degustando todo aquello de comida que encuentran e incluso acercándose a los puestos a ver si pueden "robar" algo, ante el enfado de los tenderos.

Llegamos donde nos espera Sabeer y nos lleva hasta el primer templo.

TEMPLO SRI EKAMBARESHVARA:

Es uno de los más grandes de la ciudad, dedicado a Siva. Se distingue muy fácil por su colosal gopuram (puerta-torre característica de la arquitectura tamil) de 59 metros de altitud. Fue construido en 1.509.

Quedan unos minutos para que abran, que aprovechamos para dar un paseo por los alrededores. Lo que más nos llama la atención es ver a unos trabajadores desmontando unos andamios de madera. Están solo sujetos por sus piernas enroscadas a los palos. Desmontan con gran rapidez. También vemos a una mona embarazada trepando rápidamente a las alturas con una bolsa de comida.

Al llegar a la entrada del templo nos dice un hombre que tenemos que pagar por entrar con las cámaras de fotos. Le decimos que ok, pero pretende hacernos pagar a todos, y no todo el mundo lleva cámara. El tío se pone muy borde y nos dice que dejemos las mochilas en el coche y el calzado también. Así que salimos al coche, que está al lado, dejamos el calzado y mochilas. La visita al templo es gratuita, se pagan 20 Rs por cámara de fotos, 10 Rs por móvil y 100 Rs por videocámara. Pagamos 60 Rs por 3 cámaras de fotos.

El suelo hasta llegar a él, quema bastante, por lo que vamos rápido. Vemos gente rezando y encendiendo velas de mantequilla.

Muchas columnas de piedra talladas con diferentes escenas que no entendemos. Nos gusta lo que vemos. Al no ser hinduistas no nos dejan entrar al santo santorum donde se encuentra un lingam (representación simbólica del dios Siva, utilizado para su culto en los templos) hecho de arena. Según la leyenda, la diosa Kamakshi adoró aquí a Siva. Así que Sri Ekambaranathar es el templo de la Tierra y uno de los 5 templos fundamentales de Siva.

Detallando un poco más lo que es un lingam; sería un símbolo del falo (más en su sentido de energía masculina que de pene). El lingam es a menudo representado con el ioni, un símbolo de la vulva y de la energía femenina. La unión de ambos representa "la indivisible unidad en la dualidad de lo masculino y de la femenino, un espacio pasivo y un tiempo activo desde los cuales se origina toda vida".

Rodeamos por unos largos pasillos de columnas de piedra a ambos lados y entramos a algunas de las "capillas" laterales. gente por lo general amable y nos deja acercarnos a todo, aunque siempre están pidiéndonos que dejemos alguna limosna.

Al final, en un patio hay un gran árbol antiguo que es un mango. Tiene cuatro ramas que representan a los cuatro Vedas o textos hindúes sagrados. Vemos gente andando alrededor de él rezando.

Unas familias se nos acercan para que hagamos fotos a los niños. Siempre les llevan con los ojos pintados de negro, para ahuyentar a los malos espíritus y con la cabeza rapada, esto último suponemos que para evitar piojos.

Nos llama mucho la atención una estatua moderna con un miembro considerable.

Salimos, nos montamos en el coche y vamos a ver el siguiente y último templo que merece ser visto aquí.

TEMPLO KAILASANATHA:

Es el templo más antiguo de Kanchi y el más impresionante, no tanto por su tamaño o grandeza, sino por su historia. Construido en piedra arenisca, en el siglo VII d.c. Tiene muchos grabados fascinantes. Tiene 58 pequeños santuarios dedicados a Siva, Parvati y a sus hijos Ganesh y Murugan.

La visita a este templo es gratuita, tampoco hay que pagar por cámaras. Se permite a los no hindúes acceder al santuario interior donde hay un lingam con forma de prisma, que es el tercero más grande de Asia.

La visita se hace rápida, ya que no es grande y además el suelo quema bastante. Dentro del santuario no te permiten hacer fotos. Aunque para un no entendido en esta religión tampoco hay nada que llame la atención. Apreciamos el desgaste de la arenisca en el templo, pero para tener los años que tiene está muy bien conservado.

Nos ha gustado mucho, además había poquita gente. Salimos a buscar a Sabeer y ponemos rumbo a Mahabalipuram. El viaje con mucha circulación y los adelantamientos siempre son llamativos aquí por la forma de conducir. Aunque bien es cierto que las velocidades no son altas. Sobre 70 u 80 km/h como mucho. Se nota el cansancio acumulado y el cambio horario, casi todos caemos dormidos con el fresquito del coche.

Mahabalipuram fue la segunda capital de la dinastía de los Reyes Pallava de Kanchipuram, la primera dinastía Tamil después de la caída del imperio Gupta.

Tardamos en llegar 2 horas. Habíamos apuntado un par de alojamientos para mirar y le decimos a Sabeer que nos lleve al Shiva Guest House. Una vez que llegamos, empieza nuestro periplo de búsqueda. En los 4 lugares que miramos, se repite la misma historia, te dicen un precio, te enseñan una habitación más cara y resulta que no tienen de las baratas. Cuando les dices que te vas, casualmente, tienen habitaciones libres, que justo se acaban de ir. Hay mucha oferta de guest house en esta ciudad, así que el alojamiento no es un problema.

Al final terminamos quedándonos en el Rainbow Guest House y en cuanto al precio 1000 Rs por habitación doble con aire acondicionado y 700 Rs sin aire acondicionado. Es el más limpio que hemos visto con diferencia. Tiene wifi gratis, pero decir que en la segunda planta casi no llega.

Tras dejar las cosas y darnos una merecida ducha nos vamos a dar un paseo y buscar algo para cenar. Notamos que es una ciudad muy turística, muchas tiendas de ropa y suvenires, restaurantes para guiris y mucha oferta hotelera. Como dice la Lonely Planet, queda claro que el viajero está de vuelta en el reino de "Mochilistán".

Miramos varios restaurantes, todos para guiris, pues no vemos en el entorno cercano otra cosa. Y además están cerrando todo. Entramos en el Moonrakers Restaurant, que está en la calle mochilera, Othavadai Street. Una media de 180 Rs por plato. Pedimos noodles, uno con calamares, otro con gambas, otro de pescado frito y unas botellas de agua. Pagamos 620 Rs por todo.

Con las mismas al alojamiento a descansar, que llevamos casi 48 horas sin parar. Mañana no madrugamos, hemos quedado con Sabeer a las 10:00 horas, ya que está cerca todo lo que esta ciudad ofrece y sobre todo porque necesitamos descansar y recuperar el cambio horario.

Namaste.