¡Ah!, lo echábamos de menos... al fin otra voz más a añadir a nuestra colección de palabras terminadas en -culo en La Llave del Mundo ;-)... vernáculo, opúsculo, adminículo, oráculo, ósculo, dilúculo, homúnculo, carbúnculo, crepúsculo, jáculo, tapaculo,... y ahora... ¡súrculo!
Sea como fuere, estamos ante una palabra de bella factura, procedente del latín surcŭlus (retoño, brote) que define al ramo tierno que brota del árbol o de otra planta y del que no han brotado otros...
Encontramos un par de hermosos ejemplos para ilustrar nuestra voz del día. El primero de Concha Espina (1869-1955, escritora española):
"...Pero ella está sostenida por el esposo invisible a quien Dávalos teme por lo mismo que se oculta de una manera inmaterial, rezagado en honda lobreguez. Y deduce, en el disturbio de las cavilaciones, que el ser enigmático es más terrible allí donde su indómita fuerza tiene un burladero en cada tronco expectante, un nido en cada hoja dormida, en cada súrculo inerme, como si todo el pinar, confabulado y sinuoso, guardara el secreto de aquella alevosa dominación..."
Y el segundo en la obra Parnaso Filipino, de Eduardo Martín de la Cámara, escritor filipino:
"...Tu fronda balancea temerosa, y las hojas ven lucir cuando el día febea, la líquida presea que ha de absorber la tierra al efundir. El pétalo minúsculo ufana ostenta tu plateada flor, y al brote de su súrculo más vivo en el crepúsculo en declinando el sol dominador..."
¡Hasta el próximo destello de léxico reluciente!, ¿os lo vais a perder? ;-).