Surtsey, el nacimiento de una isla

Por Ireneu @ireneuc

Surtsey el 30/11/1963

El 14 de noviembre de 1963, el cocinero de un barco pesquero que se encontraba faenando en mar abierto al sur de Islandia, divisó una columna de humo negro que se elevaba en el cielo. El capitán, avisado, decidió encararse hacia lo que parecía un barco en apuros. La sorpresa fue mayúscula cuando vio que esta columna de humo salía del interior del agua y lo que parecía un fuego, en realidad era una erupción volcánica submarina. Estaba presenciando el nacimiento de una nueva isla: Surtsey.

16 de noviembre de 1963

Surtsey, que en islandés significa "Isla de Surt" -nombre del gigante que dominaba el fuego en la mitología islandesa-, comenzó a surgir desde el fondo del océano que se encontraba a 130 metros de profundidad, apareciendo tan inesperadamente como lo hizo años atrás el Paricutín en México (ver ¡Ándele! ¡Me creció un volcán!). La erupción tomó fuerza al emerger a la superficie al día siguiente y alcanzar ese mismo día los 10 metros de altura.

Surtsey durante los primeros días

Durante más de un año siguieron las erupciones centradas en un único cráter con el lanzamiento de nubes de cenizas de hasta 10 kms de altura a la atmósfera debido a la interacción explosiva de la fría agua del mar con la lava incandescente. Ello permitió que en pocos días, el volcán recién salido del agua llegara a los 45 metros de altura y a los 500 metros de longitud. El ritmo incontrolable de crecimiento llamó rápidamente la atención de los medios de comunicación y la noticia dio la vuelta al mundo. El 24 de noviembre la isla ya medía 900 por 600 m y tenía una altura de unos 70 metros.

La isla comienza a emergir

Poner el pie en la isla era peligrosísimo debido a las continuas erupciones pero, a pesar de ello, el día 6 de diciembre, tres periodistas de la revista Paris Match, desembarcaron y pusieron la bandera francesa en Surtsey, reclamando -a modo de broma, según los protagonistas- la soberanía francesa sobre el islote recién estrenado. Islandia no se lo tomó tan a broma y se apresuró a reclamarlo para ellos ya que se encontraba dentro de sus aguas jurisdiccionales. El asunto no fue a mayores y Surtsey continuó con su erupción. El 4 de febrero de 1964 alcanzaba su máximo con 1300 metros de diámetro.

Surtsey en 1999


Sin embargo, la actividad volcánica no acabó aquí, ya que surgieron nuevos conos adyacentes que generaron pequeñas islas enganchadas a la isla principal, pero fueron erosionadas por el mar en pocos días así como erupciones de lava de tipo hawaiano (muy líquidas) que acabaron en 1967. Todo el conjunto de la erupción creó una isla de 2.65 km2 y unos 175 metros de altura sobre el nivel del mar, siendo para los científicos un auténtico laboratorio a cielo abierto donde ver los procesos de formación geológica y colonización biológica de las tierras volcánicas recién emergidas.

De negro a verde

Desde el fin de las erupciones, la isla no ha hecho más que menguar. La erosión del viento, del mar y del hielo han hecho que en la actualidad la isla tenga tan solo 1.41 km2 y tenga unos 155 metros de altura. Esta merma, debida a los elementos, pero también al asentamiento del material volcánico y de la misma corteza oceánica que lo sostiene, ha hecho pensar a los científicos que Surtsey podría acabar por desaparecer a principios del s. XXII. Por el contrario, a medida que la isla está siendo colonizada por plantas (actualmente la ocupan más de 30 especies diferentes), se prevé que el ritmo de erosión disminuya y la isla dure unos cuantos siglos más.
Sea como sea, por sus especiales características biológicas y geológicas, Surtsey fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008, controlando su acceso para los científicos y estando prohibida su visita para el gran público por el gobierno islandés.

Surtsey, el nacimiento de una isla


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