Tomada de http://www.diamundialdelcancer.comSus ojos decían lo contrario que sus labios. Un domingo de agosto una grave enfermedad golpeó su vida; todos pensaban que no lo superaría, quirófano de urgencia, una semana hospitalizada y llegaron los resultados de anatomía patológica… Se confirmaron las peores sospechas; pero ella siempre mantuvo la sonrisa, las ganas de vivir…
Comenzaron a envenenarla (es la única forma de acabar con aquello) y ella seguía sonriendo… Agradecida a todos los que la cuidaban y curaban, a su familia, a toda esa multitud de amigos que se preocupaban por ella.
Seguro que en algún momento se ha venido abajo, pero nadie la ha visto; es ella la que anima a los demás. Pasea por su pueblo natal, con la mirada crítica de siempre, preocupada por la situación económica y el descalabro del Estado del Bienestar, pero optimista, saludando a todos los que la aprecian y conocen; feliz y animosa; con ganas de volver a enseñar. Su fuerza es inmensa y se nota, se respira.
El fin de semana pasado me la volví a encontrar y sus ojos no decían lo mismo que sus labios: sonriente contestaba que se encontraba bien; pero sus ojos, que aún conservan ese brillo que tienen en la mirada todas las personas inquietas y luchadoras, tenían un color diferente. Igual es un bache, igual no, pero, sea lo que sea, estoy segura de que el coraje, la alegría y la determinación siempre le acompañarán y ayudarán.