ME GUSTA PENSAR EN HARRIET TUBMAN
Me gusta pensar en Harriet Tubman.Harriet Tubman que llevaba un revólver,que tenía una cicatriz en la cabeza de una piedra arrojadapor un capataz de esclavos (porque ellareplicó), y que teníaun precio sobre su cabezade miles de dólares y quenunca fue atrapada, y quehacía caso omiso de la leycuando la ley era injusta,que desafiaba a la ley. Me gustapensar en ella.Me gusta pensar en ella sobre todocuando pienso en el problemade alimentar niños.
La respuesta legalal problema de alimentar niñoses diez almuerzos gratis cada mes,lo que significa, en la vida real del niñoalmorzar un día sí y uno no.Lunes pero no martes.Me gusta pensar en el presidentealmorzando el lunes pero noel martes.Y cuando pienso en el presidentey en la ley, y en el problemade alimentar niños, me gustapensar en Harriet Tubman y su revólver.
Y entonces a vecespienso en el presidentey en otros hombres,hombres que practican la ley,que veneran la ley,que hacen la ley,que imponen la ley,que viven detrásy operan a través se alimentana expensas de niños hambrientosa causa de la ley.
Hombrs que se sientan en oficinas forradas de caobay piensan en las vacacionesy les dicen a las mujeresque se cuidan de alimentar a los niñosque no sean histéricas,que no sean histéricas como en la palabrahysterikos, que en griego significasufrimiento del útero,que no sufran en susúteros,que no les importe,que no molesten a los hombresporque ellos quieren pensaren otras cosasy no quierentomar en serio a las mujeres.Yo quiero que ellostomen en serio a las mujeres.
Quiero que piensen en Harriet Tubmany recuerden,recuerden que fue golpeada por un hombre blancoy vivióy vivió para reparar sus agravios,y vivió en pantanosy llevó ropa de hombrerescatando a cientos de fugitivosde la esclavitud, y nunca fue atrapaday tuvo a su mando un ejércitoy ganó una batallay desafió las leyesporque las leyes eran injustas.Quiero que los hombresnos tomen en serio.Estoy cansada de querer que piensenen lo justo y lo injusto.Quiero que teman.Quiero que sientan miedo ahoracomo yo he sentido el sufrimiento en el útero,y quiero quesepanque siempre hay un tiemposiempre hay un tiempo de hacer justolo injusto,siempre hay un tiempopara la retribuciony ese tiempoempieza.
Susan Griffin en Nuevas voces de Norteamérica.
Traducción de Claribel Alegría y D. J. Flakoll.