Dos han sido los intentos para Susana Díaz vuelva a convertirse, esta vez por votación democrática, en presidenta de la Junta de Andalucía, y dos han sido los no que ha recibido en su intento de puesta de largo electoral. La culpa, según Susana Díaz, es de los demás partidos, y de Mariano Rajoy que les ordena a estos, que no quieren que se ponga a trabajar para los andaluces. Según los demás partidos, es ella quien tiene el fallo y no hace lo posible para avanzar hacia el futuro de Andalucía.
Esto obliga a que se produzca una tercera votación, será el 14 de mayo, y todas las que hagan falta durante dos meses, para que Susana se convierta en Presidenta. La primera era por mayoría absoluta. A partir de la segunda, por mayoría simple. Pero todo apunta a que ocurrirá lo mismo que en las dos anteriores ocasiones. Solo los de su partido serán los que le den el voto de confianza. Mientras, Izquierda Unida, Podemos, Ciudadanos y Partido Popular seguirán moviendo la cabeza al unísono para decir "no", salvo abstención, a la investidura si no hay un acercamiento a las proposiciones de estos, todas honestas por supuesto.
Susana Díaz sigue siendo la fea del baile, ninguno quiere acompañarla al centro de la pista. Está compuesta y sin novio y no hay pareja alguna que quiera susurrarle al oído que se deshace por sus propuestas, políticas claro está. Si alguien no da un paso y avanza en las negociaciones de pacto esto va a resultar peor que el Rosario de la Aurora. En palabras de Susana, y va para todos en general, "Esto es surrealista y roza el ridículo".