Los hechos se remontan al verano de 2009. Ivy vivía con su hija Mandy. Pero ella necesitaba que alguien se hiciera cargo de su madre en sus horas de trabajo.
Al principio Mandy no sospechó. Todos los días dejaba hecha la comida antes de irse a trabajar y al volver se encontraba los platos vacíos. Lo que no sabía es que no se los comía su madre sino la cuidadora, que degustaba el almuerzo de la enferma como si no hubiera comido nunca.
La cuidadora se llama Patricia Young y acaba de inhabilitarla un juzgado de Lisburn: la localidad donde reside y donde cuidaba de Ivy y de otros enfermos de Alzheimer.
Wloghero