Hablo, y digo…
Cuento, y narro…
Oigo, y escucho…
Veo, y miro…
Toco, y acaricio…
Como, y saboreo…
Quiero, y amo…
Soy, y siento…
Y vivo para narrar al mundo las hazañas que por cada una de mis vidas he sentido recorrer entre la sangre de mis venas…
Y acaricio los instantes en los que mis sentidos flotan en la plenitud de mis mañanas…
Y escucho los sonidos de los elementos al brotar de las entrañas de la Tierra…
Y miro al cielo donde la luz me muestra lo que la noche oculta, y ésta me enseña lo que el día obvia…
Y digo lo que de mis labios brotan sin prejuicios ni temores…
Y absorbo la luz de los ocasos dando gracias por cada nuevo día…
Y saboreo mis mañanas ante el placer de no conocer lo que del día me acontece…
Y respiro…
Y me alimento del rocío que espesa frío el metal que envuelve mi piel…
Y camino…
Y marco las llagas de mi destino…
Y observo…
Y sonrío al contemplar el universo ante mí…
Y suspiro…
Y grabo a fuego en mis entrañas aquello que veo, escucho, asevero, libo, siento…
Y vivo…
Y siento…
Y amo…