Susto o muerte

Publicado el 07 mayo 2012 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

Si como decían el Masa y el Peña en Cádiz, los políticos no respetaban ni la época de Carnaval para decretar guerras, en clave sevillana podríamos decir que los señores del CSD, LFP y el Ministerio no respetaron ni que estuviésemos en Feria para intentar solucionar uno de los problemones que acucian al fútbol español. Efectivamente, el pasado 25 de abril se firmó un Protocolo para buscar una vía de solución a los casi 700 millones de euros que el fútbol nacional nos debe a todos los españoles y sobre la que he escrito en algunas ocasiones en ese blog hermano llamado Columnas blancas.

Hace algunas semanas una diputada de IU inquirió al Gobierno sobre la situación real de la deuda futbolera y la respuesta del ejecutivo desencadenó cierta tormenta en una ciudadanía, que cada vez está más empobrecida ante una clase política, (estos y los de antes), que prefieren subir el IVA o el IRPF, a quitar la subvención al estudio de la reproducción del escarabajo pelotero caucásico criado en cautividad, y que empieza a estar harta de estar harta, de ver este pan y circo donde el poderoso sigue con sus maniqueas prebendas históricas ante la Administración, mientras el pisoteo a la yugular del españolito de a pie es cada vez más implacable.

A ello respondió la liga en boca del Señor Tebas, con un comunicado donde se alegaba que la deuda con Hacienda era una verdad a medias, en el sentido de que se llegaron a acuerdos con el Estado para aplazar deudas y demás, por lo que todo está perfectamente controlado. Sin embargo, esto no sería tan así cuando se ha tenido que hacer un nuevo protocolo como el que se ha firmado donde, por ejemplo, en su punto tercero se dice:

"Se considera de interés que los clubes cumplan rigurosamente sus obligaciones corrientes sin necesidad de acudir a la figura del aplazamiento o fraccionamiento recurrentemente".

¿Susto o muerte?

Pues de eso se trata, de darle dos opciones a los equipos: o se aprietan el cinturón y de una vez por todas, son conscientes de la realidad social y económica del país, o estarán fuera. Este Protocolo marca como primera fecha de aplicación el 2014, lo cual es coherente con la columna anteriormente enlazada, donde se hablaba de ese año como el del verdadero punto de inflexión en el fútbol europeo. A partir de ahí se empezará a sancionar, fijándose el 2020 como fecha de no retorno, en la cual la deuda de los clubes con el erario público será cero.

No me voy a extender mucho en el estudio interno de un protocolo de actuación que pueden ver aquí . Medidas hay muchas y de todos los colores.

Entre todas destaca la creación de una Comisión Paritaria LNFP-CSD, interconectada con la Agencia Tributaria que controlará los movimientos que se produzcan y será propulsora de iniciativas legislativas conjuntas. O la que más polvareda mediática ha levantado: la relativa para que, a partir del 2014, hasta el 35% de la mayor partida de ingresos, (televisiones, que a ver por donde sale esa burbuja también), podrán ser retenidos para el pago de deudas.

Especialmente llamativa también resulta aquella que puede llevar a un club a informar a la Comisión de las ofertas que reciba por sus futbolistas, pudiéndosele obligar a un eventual traspaso que solvente su deuda con Hacienda. Habrá que ver cómo se articula eso porque, obviando el tema del dinero B, las contabilidades paralelas y demás tejemanejes que al lector se le pueda ocurrir para sortear tal circunstancia, (aunque no existan en el fútbol, al igual que no existen las primas a terceros), me imagino que al Madrid le llega una oferta de X millones por Ronaldo del jeque del City y me veo a Tito Floren ingresado en el Hospital de La Paz con la mandíbula desencajada de la risa, tras recibir la llamada del Ministro de Hacienda instándole a aceptar para saldar su deuda con el Estado.

¿Por qué aquí y ahora?

En mi opinión, aparte de la necesariedad evidente inducida por el prurito democrático interno y la limpieza del sistema del país, esto viene claramente marcado por las directrices europeas. El mes pasado, (¡qué casualidad Miguel!), se dio a conocer que Bruselas está investigando a España, por si la hasta ahora magnanimidad hacia los clubes por parte de la Administración podría considerarse una Ayuda de Estado ilegal.

Si es así, la Comisión Europea puede ponerle una multa a España brutal. Y claro, bastantes problemas tiene ya la economía española en Europa como para buscarse otro jaleo en Bruselas a cuentas del opio del pueblo. La solución a este tema, por tanto, viene por la fuerza de Europa como por otra parte mantengo desde tiempos inmemoriales, que pasará de cara a la lucha por el derrocamiento del oligopolio español que todos conocemos en los derechos televisivos. Por otro lado hay que recordar que Alemania, el guardián de Europa por lo visto, ya ha puesto el grito en el cielo preguntándose el sensacionalista Bild, si con el dinero que presuntamente nos han dado a España, es el país germano, (con "g", no con "h"), quien va a terminar pagando los fichajes de Messi y Ronaldo. Esas palabras las hizo suyas Uli Hoennes, ex futbolista y actual gerifalte del Bayern, no hace mucho en las previas de la eliminatoria de Champions con el Madrid poniendo una tirita que al final no tuvo que sanar herida alguna para goce y deleite del antimadridismo exacerbado.

Y viendo someramente el documento, ¿Creen ustedes que a partir de 2014 van a empezar a sancionar con puntos y descensos a los incumplidores como se prevé? ¿En 2020 el que no lo tenga todo arreglado lo echamos? El problema es el de siempre en este país de charanga y pandereta que tenemos: la credibilidad.

Leído el Protocolo me parece riguroso, serio, duro y consigue lograr el punto medio necesario entre el maximalismo radical que algunos proclaman y la situación bochornosa actual de tal forma que consigue apretar, (mucho), pero sin llegar a ahogar. Es una solución que llega tarde, sin duda, pero que a mí personalmente me gusta bastante. Es una norma que asusta, pero que de cumplirla te evita la muerte. Si se aplica, claro.

¿Y el Sevilla?

Según parece, la deuda del Sevilla con Hacienda está en torno a los 18 millones. Dentro de la mencionada cantidad, imagino que se desglosará en distintos impuestos y ejercicios impositivos, habrá parte fraccionada, otra aplazada, otra suspendida, otra que estará en los Tribunales, etc. Desconozco la contabilidad real del club, cómo se ha provisionado la deuda en los balances y el desglose de la misma para poder dar una opinión formada sobre la "importancia real" de la mencionada deuda. No sé si, por decir algo, la mitad de la deuda se dirime en los Tribunales y si hay visos de ganarla o no o si al final se pagarán no sólo los 18 millones sino intereses de demora, sanciones y costas aparejadas.

Ese tipo de cuestiones que al aficionado medio se nos escapa son las que determinan si 18 millones es mucho o es poco. En cuanto a la situación del Sevilla en la globalidad de clubes, decir que no somos ni de los que más debe ni de los que menos. Como en la viña del Señor, hay de todo: clubes que nos duplican en deuda, (Betis o Valladolid deben 35), y otros como el Getafe o el Ath.Bilbao, que parece que no deben nada. Sin lugar a dudas, la palma se la lleva el At.Madrid, club de contabilidad ciertamente dudosa, que se permite el lujo de firmar a Falcao por 40 kilos, cuando parece ser que él solo se come un tercio de la deuda nacional con el erario público al situarse ésta por encima de los 200 millones de euros.

El principal problema radica en lo de siempre: en la (falta de) credibilidad del fútbol español y el podrido y caduco sistema que nos alumbra, que propicia el sonrojante dato de que en la liga española se citen más del 95% de los clubes en concurso de toda Europa. Por todo ello uno es escéptico ante el cumplimiento de todo esto pero estimo que, si finalmente se da un paso adelante y se ataca de verdad la raíz del problema, las nuevas medidas adoptadas son un freno al choriceo actual, que ha permitido que clubes deudores hasta el extremo hayan disputado en igualdad de condiciones, la misma competición que otros equipos que han cumplido con sus obligaciones económicas de forma honrada.

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