Susto o muerte en Cádiz

Publicado el 03 junio 2015 por Fthin @fthin

El pasado 24 de mayo los gaditanos se acostaron con la sensación de que una época política había llegado a su fin. Con los resultados electorales en la mano, el llamado Teofilato (se lo tomo prestado al amigo Paco Piniella) se daba por finiquitado. Teófila Martínez bajaba 11 mil votos y 23 puntos porcentuales, pasando de 17 a 10 concejales, perdiendo de esta manera la mayoría absoluta con la llevaba mandando la ciudad los últimos 20 años. En el otro lado, las fuerzas que pueden entenderse de izquierdas sumaban entre todas el número suficiente de concejales para garantizar un posible gobierno de cambio en la ciudad (15 repartidos así: Por Cádiz Sí se Puede 8, PSOE 5 y Ganar Cádiz en Común 2). Ciudadanos se quedaba con 2 ediles, que no eran suficientes para que Teófila asumiera la alcaldía si existía una propuesta común desde el lado de las fuerzas progresistas.

Han pasado 10 días desde entonces y ese cambio, a día de hoy, está mucho más lejos de lo que parecía en principio. Los ciudadanos entendían que los mensajes lanzados en la campaña electoral por los partidos que proponían un cambio en la ciudad, además del objetivo político claro de evitar un nuevo gobierno de Teófila Martínez (que había llevado el bastón de mando municipal con mano de hierro, siendo implacable con la oposición y autoritaria su gestión), tenían los elementos necesarios para un mínimo entendimiento. Y no ha sido así.

Por un lado, en Por Cádiz Sí se puede, se abusó de cierta inexperiencia y arrogancia en los primeros días tras las elecciones, dando por hecho que el partido socialista estaba obligado a asumir todo lo que ellos propusieran. Y no fue así. La política se basa en el dialogo y el acuerdo, no en la imposición. No ha sido suficiente la bajada de tono en los últimos mensajes del alcaldable José María GonzálezKichi” para un Fran González y PSOE que quiere hacer valer sus 5 concejales. Me pareció realmente interesante la propuesta de Kichi de debatir a puertas abiertas los pactos de investidura, de la misma manera que entiendo que Fran González pudiera ver en este acto un pequeña encerrona de la que nunca saldría bien parado. Lo que no es posible asumir es que estas cuestiones sirvan de excusa para evitar tener que hablar de lo que realmente interesa a los gaditanos: el cambio en la ciudad.

Porque la situación del PSOE es tremendamente complicada. Y es sobre su decisión donde se deposita la posibilidad de evitar un nuevo gobierno de Teófila en Cádiz, porque en el caso de Ganar Cádiz en Común no parecer haber problemas importantes para pactar el cambio político en Cádiz. El PSOE se encuentra entra la espada y la pared, afrontando con dificultades el escenario que parece dibujarse a su alrededor. Cada día que pasa es más difícil y las opciones que se vienen escuchando son ciertamente extravagantes. En los mentideros ha sonado la posibilidad de que el PSOE apoye absteniéndose un gobierno del PP pero sin Teófila, teniendo de esa manera su “cabeza” para mostrar a los electores y justificar así su posición. O que se vote a sí mismo, lo que facilitaría igualmente la alcaldía a los populares.

Hace unos días, en unas declaraciones que no sentaron especialmente bien a la parroquia socialista gaditana, Teresa Rodríguez afirmaba que entre el PP, «que es la muerte, y el PSOE, que es el susto, elegimos el susto». Pero la realidad es que, en el caso de Cádiz, quien elige es el PSOE. Es el partido socialista es el que se significará con su postura en el pleno de investidura. Y las opciones son, precisamente, las que dice Teresa. Por un lado tenemos muerte apoyando o permitiendo de alguna manera un nuevo gobierno popular. Tomar está decisión sería el abrazo del oso, su defunción definitiva en la ciudad; o susto, permitiendo a Kichi ser alcalde y que una formación que compite por su mismo espacio electoral y cuya última pretensión es fagocitar al PSOE se alzara con el gobierno municipal.

De cualquier manera, comprendiendo posturas y estrategias tanto de Kichi como de Fran González, hay cuestiones que no pueden entenderse. Y me refiero a la percepción de que existen otras variables en juego que están fuera del ámbito local. Se tiene la percepción de que el futuro de Cádiz se está jugando en un terreno más global, que las decisiones se toman en Madrid o, quizás y más concretamente, en Sevilla (donde quizás la investidura de Susana Díaz dependa de una abstención… ¿del PP?) y no en la plaza de San Juan de Dios. El devenir de Cádiz debe dilucidarse aquí. Si eso fuera así, como parece, y fuera determinante para que no se produjera un gobierno de cambio en la ciudad, desperdiciando está oportunidad histórica, la formación política y los dirigentes que estuvieran involucrados en ello habrían fallado a la confianza dada por los gaditanos el pasado 24 de mayo. Y eso la gente de Cádiz difícilmente lo perdonaría.

Mientras tanto, Teófila que ya estaba dispuesta para coger y estrenar el segundo puente camino de Santander mira con cierta perplejidad al principio, asombro después y con distancia en la actualidad las faltas de entendimiento entre las fuerzas políticas de izquierdas. Y pretende rentabilizarlo, sin duda. Ya se sabe, río revuelto ganancia de pescadores y la montañesa es buena pescadora…