Swarming es una expresión inglesa que literalmente quiere decir enjambre, utilizada por John Arquilla y David Ronfeldt para caracterizar por primera vez a finales de los 80 un nuevo tipo de conflicto multiagente y multicanal donde las relaciones entre los actores parecen describir la topología de una red distribuida.
Estos fenómenos, que no son nuevos, se ven reforzados por la utilización de Internet y las herramientas de redes sociales. Para que se produzcan requieren de un catalizador, de un elemento común fuerte que sea capaza de romper lo que los teóricos de las redes denominan el “umbral de rebeldía” , es decir a cuantos “nodos” de mi red he de convencer para que se produzca un cambio o una acción que repercuta en otras redes. Una vez superado el umbral de rebeldía los fenómenos de propagación pueden ser muy rápidosy traducirse en swarming.
Lo que me sorprende es oir a políticos y tertulianos analizar el fenómeno sin tener “pu..etera idea” . Entiendo que les resulte difícil entender desde sus posiciones en redes descentralizadas, los fenómenos distribuidos que también son políticos. Deben asimilar que la capacidad para transmitir es la capacidad para unir voluntades, para convocar, para actuar. Esta capacidad para transmitir es una condición previa a la acción política.
En las estructuras descentralizadas, como he comentado en otros post, todo pasa por determinados nodos (la Vanguardia, El ABC…,El PSOE, el PP, la parroquia del barrio o Belén Esteban …..)
En las redes distribuidas, por definición, nadie depende de nadie en exclusiva para poder alcanzar a otro cualquiera con su mensaje. No hay filtros únicos. Todo conecta con todo, un emisor cualquiera no tiene que pasar necesariamente y siempre por los mismos para poder llegar a otros.
Entonces, ¿las redes distribuidas no tienen formas políticas de organización? . Lo que pasa es que estamos tan hechos a vivir en redes de poder descentralizadas que confundimos la organización de la representación con la organización de la acción colectiva. La perversión de la descentralización ha llegado a tal punto que “democracia” se ha hecho sinónimo de elección de representantes, es decir de nodos filtro.
Por eso todo se empecinan en descubrir quien es el nodo filtro de los fenómenos de swarming de estos dias en España. Que si Rubalcaba, que si los verdes, etc…. Además los tertulianos enfatizan negativamente el que no tengan propuestas definidas, ¿Que quieren? ¿donde esta el manifiesto? ¿Donde podemos situar este movimiento? .
¡Señores!, que esto no son unas elecciones donde todo es blanco o negro o gana uno o pierde el otro y después dependiendo de con quien se acueste gobierna uno u otro.
En este sentido, toda red distribuida es una red de iguales, aunque haya nodos más conectados que otros. Pero lo importante es que en un sistema así la toma de decisiones no es binaria. No es “si” o “no”. Es “en mayor o menor medida, en una enorme escala de grises y esto el sistema democrático actual no lo entiende.
Aunque la mayoría no sólo no simpatizara sino que se manifestara en contra de una proposición, no podría evitar su realización. La democracia en este sentido es un sistema de escasez: la colectividad tiene que elegir entre una cosa y otra, entre un filtro y otro, entre un representante y otro. la pluriarquia es un sistema de abundancia o de larga cola como dice Chris Anderson.
En las redes distribuidas no existe “dirección” en el sentido tradicional, pero también por qué inevitablemente surgen en su interior grupos cuyo principal objetivo es dar fluidez al funcionamiento y los flujos de la red.Son grupos especializados en proponer acciones de conjunto y facilitarlas. No suelen estar orientados hacia fuera sino hacia el interior, aunque inevitablemente acaben siendo tomados, desde fuera, por la representación del conjunto de la red o cuando menos como la materialización de la identidad que les define. Estos grupos son los netócratas de cada red, sus líderes en un cierto sentido, pues no pueden tomar decisiones pero juegan con su trayectoria, prestigio e identificación con los valores que aglutinan la red o parte de ella, a la hora de proponer acciones comunes.
¿Qué pasa cuando una estructura distribuida se enfrenta a una descentralizada? Pues que la descentralizada lleva las de ganar en capacidad de movilización y rapidez de reflejos.
Cuando una red descentralizada, como la de los partidos políticos, se apodera de los nodos clave de las distribuidas, haciéndolas deambular por los caminos de su interés, su poder aumenta notablemente por el efecto red. (Netcalfe)
Las redes distribuidas tienen un poder efímero y muy frágil, es necesario siempre estar viendo hacia donde se dirigen y detectar rápidamente los conatos de descentralización que con toda seguridad aparecerán.
Albert Pérez Novell