Harta de ser considerada una simple autora de novelas policiales, la escritora Sarah Morton (Charlotte Rampling) acepta irse de vacaciones a la casa que su editor posee en el sur de Francia. Todo es paz y descanso los primeros días, pero luego se aparece Julie (Ludivine Sagnier), la hija del editor, quien complicará de manera insospechada las vacaciones de Sarah.
La cinta se centra en Sarah Morton, una escritora de novelas policiales protagonizadas por Dorwell, un detective de su propia creación, las cuales gozan de un gran éxito en Inglaterra. Aunque todos, incluso su editor John Bosload (Charles Dance), están bastante satisfechos con su trabajo, Sarah ha comenzado a desarrollar un interés por explorar nuevos territorios literarios. Sin embargo, las presiones de su entorno y la imposibilidad de trabajar en nuevos proyectos, la ha llevado a convertirse en una mujer cínica y amargada. Con la esperanza de que logre la inspiración necesaria para elaborar su nueva obra, su editor le ofrece a Sarah hospedarse en la casa que él posee en la tranquilidad del sur de Francia. Aunque durante los primeros días de su estadía la mujer goza de una tranquilidad inalcanzable en las grandes ciudades, lo que le permite encontrarse consigo misma y encontrar la inspiración que tanto ha buscado, la inesperada llegada de Julie, la hija de su editor, rápidamente rompe todos sus esquemas. Aunque el choque entre ambas mujeres es inevitable, Sarah se siente secretamente atraída por el atrevido comportamiento de la joven, lo que eventualmente la llevara a cambiar su forma de ver la vida.
La película corre a un ritmo lento, pero esto a causa de que Ozon se da el tiempo para establecer de la forma más completa posible la personalidad de Sarah. Durante las escenas que transcurren en Londres, podemos apreciar como esta se relaciona con su editor, el hecho de que ella es una solterona vive con su padre, y su gusto por la bebida. A su llegada a Luberon, el espectador puede ver con lujo de detalles como la mujer se establece en el lugar, su método de trabajo y las costumbres que ha adquirido a lo largo de su vida. Es tal la relación que existe entre la historia y el trabajo de la protagonista, que inevitablemente la película se adapta al ritmo del proceso creativo; las piezas se van ensamblando lentamente hasta la última media hora de metraje, donde el relato se torna más dinámico y donde se concentran la gran mayoría de los giros inesperados que presenta el film. Y es que precisamente durante este tramo de la cinta, la protagonista inesperadamente se ve atrapada en unas de las cruentas historias de crímenes que suelen inundar su cabeza; cuando un hombre desaparece tras tener una discusión con Julie, Sarah tendrá que resolver el misterio que esconde la muchacha antes de que todo el asunto termine involucrándolas en un problema mayor.
El sorpresivo final de la cinta terminará presentándole un reto al espectador quien tendrá que demarcar la línea que separa la fantasía de la realidad. Y es que básicamente “Swimming Pool” es un thriller inteligente que puede ser considerado como un estudio de carácter, y como un verdadero reflejo del proceso creativo donde la realidad y la fantasía se interrelacionan hasta el punto que es complicado diferenciar la una de la otra. Una cinta tan compleja como esta obviamente está repleta de simbolismos, siendo el más importante aquel que representa la piscina que sirve de escenario para varias de las escenas del film. Según el mismo Ozon, la piscina encierra una cualidad transformadora, la cual es manipulada por sus usuarias (en este caso el dúo de protagonistas) quienes lentamente van moldeando su personalidad a medida que estas se van relacionando entre sí. Al mismo tiempo, la piscina se convierte en el reflejo del universo de Julie, por lo que Sarah solo logra sumergirse en ella cuando acepta a la joven como su fuente de inspiración. En definitiva, estamos ante una película interesante, que pese a que presenta un ritmo más bien lento, nunca se torna tediosa. El final puede molestar a algunos espectadores que inevitablemente se sentirán engañados por el director, aunque a gusto personal. me pareció todo un acierto de parte de Ozon, quien se apoya en el suspenso más clásico para construir una historia más compleja de lo que en un principio aparenta ser.
por Fantomas.