Hay determinados momentos en nuestras vidas, nuestras rutinas, que necesitamos relajarnos, olvidarnos por minutos del trabajo, el estrés, los problemas. Muchas son las formas que cada quien tiene de hacerlo, hay quienes salen a correr, hacer ejercicios, eso es lo ideal, lo mas sano y saludable, hay quienes leen un buen libro, otros duermen, pasean en una playa, viajan, definitivamente hay centenares de formas de despejar la mente.
Para mi, entre tantas maneras de descanso, hay una que no siendo la mas sana y saludable, la disfruto mucho, fumar tabacos, quien comparta esta afición conmigo sabe a que me refiero, puede ser en la mañana muy temprano, con una buena taza de café en la mano, en el jardín de la casa, escuchando el cantar de los pájaros, con los primeros rayos de luz, esa mezcla de olores de tierra húmeda, café y tabaco, la brisa de la mañana llevándose el humo.
Al final del día el placer es el mismo, ya habiendo terminado la faena de trabajo, después de la cena, con toda tranquilidad y calma, acompañado de un buen café o esta vez con una copa de nuestro licor preferido, llega el momento de encender un buen tabaco venezolano, con sabores dulces, suaves, aromático y con trazas de chocolate, no necesitamos para esta ceremonia una gran inversión, solo las ganas y el momento para hacerlo, personalmente me gusta un tabaco de la línea económica de la fabrica Bermúdez, el Bermúdez especial, buen tiro, suave sabor, excelente y pareja su quemada, sin dudas y en tiempos difíciles la mejor opción.