Fumadores o no, los políticos españoles están reaccionando irritados ante el proyecto de Directiva europea del tabaco que, al cancelar ayudas a su cultivo, puede hacer perder en España unos 10.000 empleos y 1.700 millones de euros de recaudación fiscal.
Además, en este país, en el que se prohíbe fumar en todos los locales públicos, Hacienda recaudó 9.700 millones de euros en 2012 en impuestos al tabaco.
Es sarcástico, pues, que el dirigismo fundamentalista de Rodríguez Zapatero creara una ley antitabaco en 2011 que endurecía la ya aprobada por su propio gobierno de 2006, aunque la prohibición de fumar en locales cerrados fuera positiva.
Su integrismo puritano y liberticida impidió que hubiera locales “Sólo para fumadores”, donde se advirtiera que no entraran quienes no lo son.
Si incluso podrían existir locales mixtos, debidamente anunciados: sobre cada mesa de muchos restaurantes coreanos hay silenciosas pero potentes campanas extractoras y filtros que impiden salir los olores del bulgogi, la parrillada de carne marinada que preparan los comensales con olorosos carbones vegetales..., y los humos de quienes fuman.
Hay países que prohíben fumar en locales cerrados, pero permiten hacerlo bajo esas campanas porque fuera de su área no se detecta olor alguno.
Y llegamos a Eurovegas: su promotor afirma que invertirá 18.000 millones de euros, que crearán al menos 200.000 puestos de trabajo.
Quizás vayan pocos españoles, tan empobrecidos ahora, pero sí millones de turistas europeos, incluyendo rusos, y latinoamericanos, asiáticos, africanos.
Viciosos del juego, mayoritariamente fumadores, que también gastarán dinero en cualquier parte de España, fuera de la ciudad del pecado.
Franco y Hitler eran puritanos, detestaban humo, juego y vino. El progresismo fascista vuelve ahora con una campaña contra la gigantesca inversión porque su promotor quiere que se pueda fumar en sus locales.
Quien no fume, como este cronista o como Salas, que no vaya a Eurovegas, pero que no le imponga a los diferentes sus peligrosas fobias liberticidas, porque las tiranías comienzan castigando los vicios de los demás.
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SALAS