Taboule de brócoli sobre parmentier de alubias blancas al cardamomo
De nuevo, empieza semana. Pero esta vez,el alba huele diferente… huele a primavera.Y queremos empezar esta semana, llena deverde, de esperanza, cargada de salud y energía y lo haremos con este tabouléde brócoli, inspirado en una receta original de Laurent Petit del Clos des SensCuantas paradojas tiene la vida.Posiblemente, al autor, nunca se le hubiese pasado por la cabeza, que sucreación, acabaría realizándose en un lugar como este. Él, soñando conestrellas, nosotros, disfrutando de ellas.Una muy buena receta que hemosversionado a nuestra manera, con un brócoli de oasis, aferrándose a la vida,como el escarabajo, buscando gotas de agua para aliviar su sed.
Ingredientes
Un brócoliPimiento rojo y verdeTomateCilantro y perejil frescoMenta frescaAceite de oliva, sal y pimientaAceite de argánUnas gotas de vinagreAlubias blancasCuatro semillas de cardamomo
Empezamos lavando el brócoli y secándolo.Con una mandolina o bien un pelador de patatas, cortamos la parte exterior delbrócoli (las bolitas) a fin de conseguir una textura parecida al cous-cous.Cortamos un par de ramas y escaldamos, hacemos lo mismo con la parte quehabremos cortado. Previamente, habremos picado finamente los pimientos, eltomate, el cilantro, el perejil y la menta.La víspera, pondremos a remojo lasalubias con las semillas de cardamomo. Cocemos con dos nuevas semillas yretiramos las otras.Mezclamos la parte del taboule con elresto de ingredientes, salpimentamos y aliñamos al gusto con aceite y unasgotas de vinagre. Listo
¿Montamos el plato?
El Oasis
Es en la Isla de los Aventurados, relatode Herodoto, donde aparece por primera vez, o esa es la constancia que setiene, la palabra oasis, el origen es griego como definición, aunque el terminofonético uaḥe(aouaje) es de origen copto. Curioso, que en los sinónimos de la LenguaEspañola, aparecen descanso, quietud.Resulta difícil no hacer correr laimaginación al oír tan sugerente palabra. Príncipes arabescos a lomos de corcelblanco, llegando a un oasis, con piscinas naturales de aguas traslucidas,repleto de frutas y aves exóticas que junto a una khaima de donde salen cantos berberiscos,avivan un fuego de ramas de palmera que cocina las más grandes de lasexquisiteces. Pues no, lamentablemente y por mucho que se haya empeñadoHollywood, la realidad de los oasis, dista mucho de eso.Los oasis, son sobre todo… vida, agua.Un supermercado en medio de la más cruelde las tierras, donde el agua, convierte a su paso, esa misma tierra, enfertilidad. Agua, solo agua. Un lugar donde conviven flora y fauna y que elhombre, transforma en huerto donde conviven en plena harmonía frutas yverduras, agua, solo agua. Este brócoli, ha salido de ahí, fruto solo de agua ytierra, enzarzado con habas, guisantes, zanahorias y remolachas, a la sombra depalmeras datileras y albaricoques ya en flor, pequeños, dulces como la miel ypicoteados por legiones de pequeños pájaros.
El agua
Ébano Ryszard Kapuscinski
Nadie puede llegar a pensar tanto en elagua, como cuándo visita zonas extremas del planeta. La sed, es una de laspeores sensaciones que puede experimentar el ser humano. El agua es la vida. Lavida, se aferra a la vida, como el escarabajo. El cuerpo humano, estáconformado entre un 55% y un casi 80% de agua y sin embargo, otra paradoja, sepiensa en otros factores. Hay personas, millones, en el planeta, que recorren adiario kilómetros en busca de agua, toda su vida, está basada en ello.En los oasis, junto a ellos, muy cercade ellos, hay millones de escarabajos, haciendo tremendo esfuerzo. Muy cerca denuestros oasis, los occidentales, se repite también esa paradoja, cerca, muycerca, más de lo que imaginamos.Gracias al agua, en el terruño, en unoasis, nace un brócoli verde, como la esperanza.El día que entendamos eso, nos daremoscuenta de que el alba… huele.
Feliz semana.