A lo largo de toda la etapa de lactancia materna, es posible que la madre necesite en algún momento algún tratamiento farmacológico para combatir alguna enfermedad, someterse a alguna intervención que necesite de anestesia local, epidural o general o bien porque necesite hacerse alguna prueba diagnóstica que incluya exposición a rayos x, contraste endovenoso como son el caso de los Tac, las Resonancias Magnéticas y las radiografías.
Pues bien, en su día ya hablamos sobre la compatibilidad de los medicamentos durante la lactancia, en otra ocasión hablaremos de las anestesias, pero hoy nos vamos a centrar en las pruebas médicas que puede necesitar la madre durante el periodo de lactancia y que a veces requieren de contrastes, yodados o no o de exposición a rayos x.
Cuando, por cualquier motivo, necesitamos realizarnos una prueba médica como un TAC (que por si misma no tiene ninguna contraindicación con la lactancia), en el que en muchas ocasiones usan un contraste endovenoso de gadolinio o yodado, lo primero que nos dan es un documento con un consentimiento informado ( de esos que tanto miedo da leer) para que firmemos en caso de que nos suceda algo al inyectarnos el contraste. El principal riesgo de los contrastes es el de reacción alérgica grave y aunque los casos reales de alergia son muy pocos y lo normal es que no tengamos ninguna reacción o una reacción leve y pasajera, como no existe forma posible de probar si realmente somos alérgicos o no antes de usarlo, prefieren “lavarse las manos” y asegurarse de que somos nosotros los que decidimos usar el contraste por lo que pueda sucederTambién sabemos que este tipo de alergias son mucho más comunes en mayores de 65 años o bebés menores de un año.
Ante esto es normal que si somos madres lactantes, de un bebé o de un niño y nos informan de que nos tienen que hacer alguna prueba donde se use estos tipos de contrastes, nos preocupemos y consultemos con nuestro médico de cabecera, con el especialista o en el mismo hospital donde nos realizarán la prueba si esta prueba es compatible con la lactancia materna.
Y consultar siempre es lo mejor que podemos hacer, el problema está en cuando nos informan de manera inadecuada o personas que dan por hecho cosas que realmente no conocen o temas que no controlan, como es el caso de la lactancia materna, por desgracia una gran desconocida entre casi todo el personal sanitario.
Esta semana me ha llegado un caso concreto de una chica con un bebé de 7 meses. Ha tenido diversos problemas de salud, como hongos en la piel (para el que le recetaron un antimicótico oral) y nódulos en las piernas. Ante estos síntomas y la sospecha de una enfermedad concreta decidieron hacerle un TAC con contraste yodado para diagnosticarla con seguridad.
Al informar al médico que está amamantando a su pequeña, este le dijo que ya no solo por el antimicótico (incompatible a su parecer aun a pesar de llevarle una copia de e-lactancia donde se valoraba con riesgo 0), sino por el contraste yodado, tenía que suspender la lactancia y más en el caso de que sufriera la enfermedad, así que la instó a que destetara definitivamente a su bebé.Esta mamá, pensando en buscar más de una opinión ya que no quiere destetar y sabiendo que un destete forzoso y casi inmediato sería horrible tanto para su pequeña como para ella, contactó con otros profesionales y también conmigo como asesora de lactancia materna. (Por cierto, la segunda opinión médica le dio buenísimos resultados).
Al contarme su caso investigué tanto el tema del antimicótico como del contraste y también el posible tratamiento que tendría en caso de confirmarse la enfermedad.Como imaginaba, tanto el antimicótico como el contraste, yodado o no, eran compatibles con la lactancia y el tratamiento para su posible enfermedad salvo uno de los medicamentos, en los casos más graves y que era de Riesgo 2 (en el que siempre hay que valorar cuidadosamente riesgo-beneficio), el resto también era totalmente compatible.
De hecho, en el caso del contraste yodado, más "perjudicial" que el de gadolinio, tan solo una pequeñísima parte del yodo pasa a la leche materna y además durante muy poco tiempo, ya que el contraste se elimina pronto del organismo, no se metaboliza y además es inerte, por lo que el riesgo para el lactante es tan ínfimo que teniendo en cuenta el riesgo beneficio, no se aconseja dejar de amamantar y se puede retomar la lactancia desde el primer momento después de la prueba.
Solo en el caso de algunos contrastes que contienen isótopos radioactivos algunos profesionales aconsejan, ante la falta de casos y conocimiento sobre cómo pueden actuar sobre el bebé, que se posponga la lactancia y se deseche esa leche en un periodo de tiempo que puede variar desde las 6 horas hasta varias semanas dependiendo del contraste que usen, pero raras veces se usan, por lo que ante una prueba normal como un Tac o una Resonancia común podrás amamantar a tu bebé desde el mismo momento que termines con la exploración.
También se aconseja abandonar la lactancia cuando se usa yodo 131 para el tratamiento de tiroides, pero son casos tan raros que no profundizaré.
Como veis, pocos son los casos reales en los que es necesario abandonar o suspender la lactancia temporalmente o de forma definitiva.
Con respecto a los rayos x usados para las radiografías comunes, a diferencia de lo que se pensaba, tampoco existe ningún riesgo ni para la madre lactante ni para el bebé que es amamantado por ella, ya que estos no se quedan en el cuerpo de la madre, simplemente la traspasan y por tanto no se acumularán de ninguna forma en las mamas, por lo que también son compatibles otras pruebas como las mamografías en caso de ser necesarias durante el periodo de lactancia, el único inconveniente que puede haber con ellas es que no se verá todo lo claro que se necesita ya que la estructura de la mama cambia considerablemente durante el periodo de lactancia, pero no porque esté contraindicada por motivos médicos.
Y con respecto a la resonancia magnética, pasa igual que con los TAC, se suelen usar contrastes endovenosos para su realización, por lo que, dependiendo del contraste usado, podrás amamantar inmediatamente después de hacerte la prueba, que esto será en la mayoría de casos, ya que el contraste más usado es el gadolinio, que es totalmente compatible con la lactancia materna. La resonancia como tal no tiene ningún riesgo para el lactante.
Si investigamos en profundidad sobre el tema, veremos como todos, incluido el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEPED), están de acuerdo en que la evidencia científica no ha demostrado que los contrastes que se usan normalmente sean perjudiciales para el bebé en caso de inyectarse a madres lactantes y que se puede amamantar desde el primer minuto después de realizarse la prueba, dado que, como hemos visto antes, la cantidad que pasa es tan ínfima que no es nociva para el bebé y el riesgo- beneficio indica que es mejor seguir con la lactancia con total normalidad.
No obstante, y como es un tema muy delicado y comprendemos que aún a pesar de toda esta información seguirás teniendo dudas, desde aquí no podemos indicar que se amamante después de este tipo de pruebas, pero si, podemos aconsejar que una vez que sepas que te someterán a una prueba en la que usen algún tipo de contraste endovenoso, preguntes exactamente el tipo de contraste que se usará y sobre todo, el nombre del mismo. Una vez lo conozcamos puedes consultar a través de la web e-lactancia.org y buscarlo para ver su compatibilidad con la lactancia (lo más rápido y recomendable) o bien buscar por grupo en la misma web “radiofármaco” y “contraste” y allí buscar el contraste que nos han indicado que usarán en nuestra prueba. Allí nos dirán el nivel de riesgo para el bebé a la hora de amamantar y cuantas horas es necesario posponer la lactancia si es que es necesario.
Si, una vez comprobado que realmente el contraste suministrado es compatible con la lactancia, vuestro médico o especialista sigue siendo reticente a que continúes con la lactancia, puedes imprimir esta información y llevársela. SI aún así no se convence, siempre podéis pedir una segunda opinión médica como hizo esta chica o bien actuar en consecuencia directamente después de haber obtenido toda la información necesaria
Y si aun así tú misma sigues reticente a amamantar después de esta prueba (tú eres la que decides y siempre tomarás tú la última decisión) siempre puedes extraerte la leche días antes de la prueba y almacenarla en el congelador o la nevera para que puedas alimentar a tu bebé durante las horas que veas oportunas posponer de nuevo la lactancia y con las que te sientas segura, pero insistimos en que no es necesario y que podrás amamantar con toda tranquilidad.
Y si finalmente resulta que tiene riesgo para la lactancia, dependiendo de que sean horas o semanas las que haya que suspender la lactancia, siempre podemos consultar con nuestro médico otras opciones o pruebas o la posibilidad de posponerla hasta que termine tu periodo de lactancia previsto. Seguro que siempre habrá alternativas viables antes de tener que abandonar la lactancia precipitadamente…
Como veis, solo es cuestión de informarnos bien antes de que los demás tomen la decisión de que destetemos por nosotras mismas, la lactancia materna, además de ser importante a nivel físico y emocional para nuestros bebés, es un tema muy delicado e íntimo y no se puede tomar a la ligera la decisión de destetar solo por falta de información adecuada al respecto.
Que no os roben vuestra lactancia sin motivo. Informaos antes de tomar decisiones precipitadas.